Foto/Emerson Flores

Bukele hostiga a periodistas con la peligrosa táctica de presentarlos como enemigos: RSF

El Salvador presenta uno de los deterioros a la libertad de prensa más pronunciados de América Latina y se ubica en una categoría de “difícil”. Entre 2021 y 2022, el país cayó 30 puestos en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, elaborada por la entidad internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF). En la medición que se hace a 180 países, El Salvador pasó de estar en la posición 82 a la 112. RSF destacó que la situación en El Salvador es preocupante.

Por Xenia Oliva *

Por Xenia Oliva *

“Los medios son víctimas de la violencia generalizada que reina en El Salvador”, así inicia la descripción de la situación en el país en el informe de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, realizada por Reporteros Sin Fronteras (RSF). Por segundo año consecutivo, El Salvador ha tenido una de las caídas más pronunciadas de América Latina en cuanto a su posición en el listado que evalúa la libertad de prensa de 180 países.

“La situación en El Salvador (112º), que registra por segundo año consecutivo una de las caídas más pronunciadas de América Latina (-30), es también extremadamente preocupante. Desde su llegada al poder en 2019, el presidente Nayib Bukele juega al peligroso juego de multiplicar los ataques y amenazas contra los periodistas críticos con su administración, creando así la imagen de una prensa enemiga del pueblo”, señaló RSF en su informe.

El objetivo de la clasificación mundial es el de comparar el grado de libertad de prensa del que gozan los medios y periodistas en 180 países. RSF y su panel de expertos definen la libertad de prensa como “la posibilidad efectiva para los periodistas, como individuos y como colectivo, de seleccionar, producir y difundir informaciones, en aras del interés general, independientemente de las interferencias políticas, económicas, legales y sociales, y sin menoscabo para su seguridad física y mental”.

Para calcular la puntuación de cada país se evalúan cinco indicadores: contexto político, marco legal, contexto económico, contexto sociocultural y seguridad.

Entre 2021 y 2022, El Salvador cayó 30 puestos en la clasificación, lo que indica un creciente deterioro en la libertad de prensa. Esta ha sido de las caídas más aceleradas de los últimos años.

Desde 2012, El Salvador ha perdido puestos casi todos los años. Pasó de estar en la posición 38 entre el final de la gestión de Mauricio Funes y el inicio de la de Salvador Sánchez Cerén en 2014 a la posición 45 en 2015. En 2018 estuvo en el puesto 66 de 180 países. En 2019, al final de la gestión de Sánchez Cerén e inicio de la de Nayib Bukele, quedó en el puesto 81. Aunque hubo una ligera recuperación en 2020, cuando llegó al puesto 74, el retroceso ha continuado. La caída de 30 puntos fue entre 2021 a 2022, cuando pasó de la posición 82 a la 112 de 180 países.

“Desde que accedió a la presidencia, en junio de 2019, el presidente Nayib Bukele ataca y amenaza a los periodistas críticos con su gobierno”, destacó Reporteros sin Fronteras.

Respecto al contexto político, el reporte señaló que el gobierno acusa a la prensa que investiga los gastos del Estado de estar al servicio de la oposición para desacreditar los hallazgos. “El presidente Nayib Bukele hostiga a los periodistas con la peligrosa táctica de presentar a los medios como enemigos del pueblo”.

Se destacó cómo los diputados oficialistas destituyeron a los magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema y al fiscal general, sin seguir el debido proceso.

También se enumeró las limitantes al acceso a la información, como declarar la información relativa a la pandemia confidencial o la neutralización de la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP).

“El discurso dominante contrario a la prensa hace que los periodistas se enfrenten a ataques constantes en las redes sociales y, en algunos casos, a amenazas contra su integridad física y su equipo de trabajo. La mayoría de los periodistas víctimas de agresiones han sido mujeres”, añadió el reporte.

En el tema de seguridad, aunque no han ocurrido asesinatos contra periodistas, sí se han registrado agresiones de parte de agentes de seguridad pública contra periodistas. Además, se destacó cómo Citizen Lab corroboró que 35 personas en El Salvador, la mayoría periodistas, fueron víctimas de espionaje con el software Pegasus.

“Esta deriva autoritaria se acompaña de cambios en el marco jurídico (como la “Ley de Agentes Extranjeros” u otras modificaciones del Código Penal) que hacen que el trabajo de la prensa sea aún más complejo”, señaló RSF.

“No es ningún secreto que ahora mismo se está construyendo casi una autopista para la limitación y la criminalización del ejercicio periodístico”, dijo César Fagoaga, presidente de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES).

APES registró más agresiones 

En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la APES presentó también un informe de Vulneraciones al Ejercicio Periodístico en El Salvador 2021.

Al comparar los tres primeros años de la gestión de Bukele, la APES señaló que hay “un incremento elevado de los niveles de intolerancia y respeto a la prensa en El Salvador”. Para 2019, la APES registró 77 casos de agresiones a periodistas. En 2020 hubo 125 casos y para 2021, el registro llegó a ser de 219 casos.

Del 1 de enero al 30 de abril de 2022, la APES indicó que ha recibido 39 denuncias por agresiones, acoso digital y estigmatización. 

La APES señaló que para ningún gobierno “la prensa ha sido un actor de agrado para el poder”. Desde la firma de los Acuerdos de Paz se ha mantenido el interés de los gobiernos de turno por controlar la narrativa.

El último año en que ocurrieron asesinatos de periodistas fue en 2019. Para ese entonces, quienes cometieron los ataques fueron miembros de pandillas o de grupos del narcotráfico. En 2021, la fuente de las amenazas y agresiones son los agentes del Estado.

Para el cierre del 2021, la APES concluyó que “el periodismo en El Salvador es de alto riesgo. Los datos reflejan un incremento alarmante de agresiones al ejercicio de esta profesión. Es aún más grave, si se es mujer en este oficio por la carga de misoginia en redes sociales, ámbito laboral y privado”.

Entre las agresiones registradas en 2021, está la amenaza del asesor jurídico de Casa Presidencial, Javier Argueta, de iniciar procesos judiciales contra medios de comunicación para obligarlos a revelar sus fuentes. Además, hubo dos casos de censura judicial. El primero fue contra la revista GatoEncerrado, que reveló que el actual fiscal general, Rodolfo Delgado, enfrentó un proceso por violencia intrafamiliar en su contra. Un juzgado ordenó que se retirara el reportaje. El segundo caso fue contra Revista Factum. En este caso otro juzgado ordenó que se bajara un artículo enfocado en la investigación entorno a la fosa clandestina encontrada en Chalchuapa, Santa Ana.

“En los últimos años, existe una sistemática persecución a medios independientes o aquellos con contenidos narrativos distintos a los oficiales. El gobierno actual usa las instituciones del Estado para perseguir a quienes disienten de su narrativa”, expresó la APES.     

*Con reportes de Ruth Zavala

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