Foto/Emerson Flores
El legendario entrenador de fútbol playa de El Salvador, Rudis González Gallo, tiene un objetivo claro por lograr: traer al país la Copa Mundial de Fútbol Playa. Cualquier otro entrenador y director técnico de selecciones de El Salvador puede tener el mismo objetivo, pero el único que en realidad puede lograrlo es Gallo. De las selecciones nacionales de fútbol en El Salvador, la de playa es la única en la historia que ha tenido verdaderas posibilidades de ser campeona mundial. Lo mostró en mundiales como el de Rávena de 2011, cuando los “guerreros de playa” quedaron en cuarto lugar, de la mano de Gallo.
Ser entrenador de esta histórica selección de playa tiene sus sacrificios. Uno de esos es hacer malabares para equilibrar su tiempo de calidad en familia. De eso, de sus proyectos personales, de su día a día, de cómo llegó a ser un exitoso entrenador de fútbol playa y de cómo aún espera que la FIFA le permita participar en cursos de preparación para entrenadores, habló en esta entrevista para GatoEncerrado.
Usted se ha convertido en un icono del fútbol playa en la última década por sus grandes actuaciones en torneos internacionales y nacionales, pero antes de llegar a eso nos gustaría saber: ¿Cómo incursionó en el fútbol playa? ¿Cómo surge la leyenda del fútbol playa?
Prácticamente, fue parte del trabajo que desarrollé. Primero en lo que son las asociaciones departamentales (de fútbol), a las que se les conoce comúnmente como ADFA. Me contrató la ADFA de San Miguel, allá por el año 2000-2001 y luego permanecí trabajando con fútbol base con los niños. Aparte de eso, siempre me ha gustado el fútbol, llegué a jugar en el sector profesional en segunda categoría, verdad, lo que antes se llamaba Liga de Ascenso, eso me motivó.
Además del fútbol, me gradué de Ingeniería en Agronomía en la Universidad de El Salvador, pero siempre estuve ligado al fútbol. Luego de la ingeniería, me preparé como entrenador en la Federación Salvadoreña de Fútbol y paralelamente me logré incorporar a la ADFA de San Miguel. Un par de años después, por el 2005, me incorporé a la ADFA de Usulután, me trasladé porque ahí es donde vivo. En 2006 – 2007 se me contrata como entrenador de la selección de fútbol playa, cuando se da el inicio de esta modalidad.
Cuando FIFA mandó un fondo para desarrollar el fútbol playa en nuestro país, en ese momento me designaron, de esta forma logré ser parte de la selección de playa. Empezamos en oriente porque en ese entonces me encontraba en la ADFA de Usulután. Es por eso que oriente es la cuna de esta modalidad, específicamente en la Isla Rancho Viejo y la Isla La Pirraya. Entonces, de ahí se formó el primer grupo. Con ese grupo logramos competir, gracias a Dios. Luego se formó otro grupo con jugadores de La Costa del Sol y de ahí sale Leo Portillo de El Cuco. El jugador Fran Velázquez llegó después de la Copa del Mundo de Marsella, en Francia. Frank llegó para incorporarse al Mundial de Dubai del año 2009. Todo este desarrollo se creó a través de FIFA.
Con el tiempo que lleva ejerciendo en esta disciplina, ¿qué tipo de estudios sacó para poder ser director técnico de fútbol playa?
No. Prácticamente nosotros la formación que tuvimos fue en fútbol base como entrenadores de las asociaciones departamentales, que son los cursos que da la Federación de Fútbol, ahí te forman siempre en fútbol 11, posterior a eso vienen algunos temas de fútbol sala, fútbol playa, fútbol femenino, a eso le llamamos ligas especiales, por ahí vienen algunos tips, lastimosamente no vienen temas a profundidad. Formación o cursos o títulos para entrenadores de fútbol playa no, no se da. Técnicamente la FIFA a través de Beach Soccer solo manda a cursos a los que son especialistas y son cursos cortos de una semana.
¿Por medio de FIFA ha podido acceder a estos cursos?
Lo que pasa es que esto a nivel mundial no ha comenzado. Siempre comienzan en Europa, luego cae a Sudamérica y luego viene a la Concacaf (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol). Ahorita no han dado un paso así para obtener ese tipo de cursos o ese tipo de licencias que se van a necesitar en el futuro, que sea similar al fútbol 11, con cursos prolongados que duren seis u ocho meses.
Hoy sí, hablemos un poco de su experiencia al frente de la selección de playa. Todos recordamos el emotivo e histórico momento en Rávena 2011. ¿Qué se sintió al ser parte de los cuatro mejores del mundo?
Rudis sonríe levemente mientras recuerda ese momento memorable. Hay que decir que en los mundiales anteriores, Marsella y Dubai no logramos conseguir nada, no logramos ningún resultado positivo. Al Mundial de Rávena fuimos por un partido, a tratar de ganar un partido que nos iba ayudar a marcar diferencia y hacer historia con un partido, pero Dios nos regaló ese cuarto lugar. Gracias a eso, nosotros vimos que durante la competencia podíamos ir avanzando en las diferentes fases que logramos y así nos dimos cuenta que el nivel que nosotros andábamos era el mismo nivel que manejaban en la Copa del Mundo, eso nos dio posibilidades de ir avanzando poco a poco, nos la creímos con el trabajo de nosotros y en Dios.
Toda la experiencia que habíamos logrado en las dos copas anteriores, las eliminatorias, ser campeones en 2009 en Puerto Vallarta, la participación en otros eventos importantísimos en Sudamérica. Entonces, todo eso nos ayudó a llegar a la cima en Rávena; un cuarto lugar con esa generación grandiosa. Obtuvimos un sexto lugar en Tahití, otra posición muy buena.
¿Qué táctica ha modificado con el paso del tiempo hasta hoy?
Mira, definitivamente a través de la generación ha cambiado el grupo de jugadores, el grupo del cuerpo técnico, porque solamente yo he sobrevivido en la parte técnica. Luego, las metodologías de trabajo en las partes tácticas van evolucionando a través del reglamento de fútbol playa, por ejemplo: Heliodoro Portillo es un guardameta que te juega mucho con los pies, antes el portero no jugaba tanto con los pies, casi todo lo hacía con las manos. En eso vimos que se debía fortalecer, al jugar con los pies se debe mejorar en las rotaciones, los repliegues; esas situaciones te obligan a innovar. Y con el vacío de no participar en dos Copas del Mundo (2015 y 2017) tuve que actualizarme con los cambios en el reglamento y si cambia el reglamento cambia la táctica. También, estos cambios que te mencioné, te obligan a que incorpores jugadores con las características que buscas.
La mayoría conocemos al “profe Rudis”, pero… ¿Cómo es él fuera de las canchas de arena?
Soy una persona más, una persona normal, soy una persona que la población salvadoreña admira mucho, por lo general me identifican fuera de la institución; trato de ser amable, me relaciono, apoyo, me gusta relacionarme con la gente de donde vengo. No me olvido de mi origen, donde crecí. Me gusta apoyar a la gente que más lo necesita. Con este fútbol playa considero que he ayudado a muchísima gente de la zona costera de nuestro país, porque en esa parte la sociedad necesita mucho apoyo. A través del fútbol playa lo he logrado.
Gracias a ello tenemos competencias de la Liga Nacional que tiene el Gobierno por medio del INDES; tenemos la Liga Café Riko, que es un proyecto para niños menores de 15 años, considero que es una función social muy grande. Además de eso, me gusta mucho la capital, las empresas privadas me piden muchas asesorías o colegios para ir a hablar sobre la parte motivacional; todo eso me gusta.
Imagino que ser director técnico de una selección por tanto tiempo le cambió la vida en algún aspecto…
Quizás a través del trabajo, del esfuerzo y Dios te va bendiciendo; o sea, claro que le cambia a uno la parte material, la parte que donde uno se desenvuelve… ¿Qué te podría decir? La parte de los sentimientos o la forma de ver la vida no me cambia, porque definitivamente tengo bien claro que por medio de los valores se fortalece más la parte humana y siempre puede ser mejor. Me gusta trabajar esta parte, trato de transmitirla a los jugadores, trato de transmitir la verdad a las personas cada vez que se me presenta la oportunidad, pero que los jugadores también sean un ejemplo para esta sociedad, para este país. La lucha y esfuerzo, el coraje siempre los he mantenido, verdad, son valores que se necesitan al interior de la selección nacional para que alcancemos el éxito.
Ser líder de un equipo nacional, tener una familia y asuntos personales… ¿es difícil separar la vida de trabajo con la privada?
Sí, a veces sí es un poco difícil. Porque este trabajo cuando tú te enamoras de esto, yo disfruto del fútbol playa, tienes que sacrificar a la familia, ya que son los primeros que sufren el impacto. Imagínate, ahorita tengo tres proyectos. Tengo el proyecto de la Federación Salvadoreña de Fútbol, tengo el proyecto de la Asociación de Fútbol Playa Café Riko y el proyecto de la Liga Nacional; estos son proyectos que necesitan atención, no es fácil. Entonces hay que ver la calidad de tiempo que le vas a dar a la familia, mi parte social, que yo necesito un espacio de diversión, tengo que manejar todos los tiempos para sacar adelante mis objetivos. En la vida, cuando uno disfruta el trabajo es feliz haciendo lo que Dios nos tiene haciendo en esta tierra. Aprendo a manejar los tiempos en cada momento, verdad, eso me permite disfrutar cada momento de la vida.
A pesar de que ya tiene una carrera con muchos logros muy significativos para el país, ¿aún tiene algún objetivo próximo por cumplir?
Mira, a mí me gusta ir paso a paso. Uno de los objetivos principales es consolidar siempre a la familia. Porque a veces cuando hay unos periodos largos dentro de la selección nacional, tengo que tener el equilibrio de darle sostenibilidad a la familia. Luego están los logros que uno debe de plasmar en la vida. Siempre que empiezo los procesos de preparación de la selección nacional, mi objetivo es llevar la Copa del Mundo a casa, o ser campeones en las diferentes competencias.
En lo personal, me gusta estar bien preparado para cumplir mis objetivos. Y cada participación que tengo, lo primero que deseo es ser exitoso. Dentro de poco viene la eliminatoria mundialista, y quiero ganar; vienen los juegos Centroamericanos y del Caribe, quiero ser campeón; y me voy a preparar para serlo, me voy a someter al cien por ciento con mi trabajo sin olvidar que lo que más me importa es la familia.
Lastimosamente no nos permiten que la familia nos acompañe por el tipo de trabajo. La selección que tengo a cargo es un equipo exigente y a medida que avanzamos me exigen más. Siempre deseo que mi familia esté mejor, si llevo a mi familia a las competencias significa que debo darles la atención que merecen y si lo hago me voy a distraer de mi trabajo. Mi trabajo requiere el cien por ciento de atención y mi familia también. Quisiera que me acompañaran a todos lados, pero ellos están en nuestro hogar, mis hijos y mi esposa y yo haciendo lo que me corresponde.
Gracias al fútbol le han otorgado el título de “Hijo meritísimo” de El Salvador. ¿Qué beneficios le ha traído?
Es lo que recibe uno por una gran participación en una competencia internacional, es algo nostálgico, es un sentimiento. Ser Hijo meritísimo es algo que significa mucho para uno. Pero solo es un sentimiento, no hay un beneficio en la parte como material, no es más que el reconocimiento, definitivamente es algo simbólico. Y la verdad es que no a cualquier salvadoreño se le da ese galardón . Uno se siente orgulloso de ser salvadoreño y que le entreguen esa presea.
Para dar a conocer lo que se viene pronto para su selección, ¿qué perspectivas tiene sobre los encuentros por jugar y el próximo mundial?
Nuestra expectativa es siempre seguir en ese camino correcto, en este camino de la victoria que Dios nos ha dado a través del esfuerzo de los muchachos y cuerpo técnico y la institución. Vienen las eliminatorias mundialistas el próximo año y Copa del Mundo también el otro año, nuestro objetivo próximo es clasificar y darle otra alegría más al pueblo salvadoreño. Clasificar por sexta vez a otra Copa del Mundo y hacer un buen papel, un papel que verdaderamente sea mejor que ese cuarto lugar que tuvimos en Rávena, Italia. Deseo que esta nueva generación alcance ese crecimiento que obtuvo esa generación anterior, porque es un crecimiento con otro estilo de juego, esta es una generación más técnica, una generación que se ha adaptado a los cambios de la modalidad a nivel mundial. Hay una generación más fuerte psicológicamente, permitiendo que crezcan más en lo deportivo. Hay muchachos jóvenes y muy maduros que están para darle mucho éxito al país.
¿Cómo se espera que sea el camino de la selección hacia el mundial? ¿Qué partidos son los más importantes?
Primeramente Dios permita que estemos en Santa Marta, Colombia, en noviembre para unos amistosos. Luego vamos a tener acá los juegos Centroamericanos y del Caribe el próximo año, esperamos destacar. Para nosotros todos los juegos y todas las competencias donde la selección se presenta son importantísimos, porque en todos vamos buscando el primer lugar.