"Me arrebataron la niñez cuando desaparecieron a mi papá"

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Emerson Flores

Este 30 de agosto, familiares de personas desaparecidas durante el conflicto armado se reunieron frente al Monumento de la Verdad, ubicado en el parque Cuscatlán de San Salvador, para exigir justicia y conmemorar el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. 

También se insistió en la necesidad de declarar cada 30 de agosto como Día Nacional de las Víctimas de Detención y Posterior Desaparición Forzada; sin embargo, ese mismo día, la Asamblea Legislativa controlada por Nuevas Ideas rechazó la petición.

Duele, porque a mí me arrebataron la niñez cuando desaparecieron a mi papá, no sé lo que es vivir con un papá, me privaron de poder abrazarlo, jugar con él, tenerlo a mi lado. A mis 40 y tanto años de vida lo sigo extrañando como el primer día”, expresó Marily Alfaro Hernández. Contó que su padre fue secuestrado el 24 de marzo de 1982, cuando se dirigía a la celebración del aniversario del martirio de monseñor Óscar Arnulfo Romero.

En medio de la displicencia de los diferentes gobiernos, Marily y otras familias han buscado sin cesar a sus desaparecidos.

“El Estado tiene una gran deuda con nosotras las víctimas de desapariciones. Somos miles de personas que estamos en la misma situación de haber perdido a sus familiares y no tenemos una sola pista”, dijo Marily.

En mayo de 2021, la nueva Asamblea envío al archivo las propuestas de ley de Creación del Sistema de Personas Desaparecidas y no Identificadas y la ley del Banco Nacional de Datos Genéticos.

Ovidio Miguel, representante de la Comisión Pro-Memoria Histórica y Director Ejecutivo de Tutela Legal, dijo que los delitos de lesa humanidad fueron cometidos, principalmente, por el Estado salvadoreño y, por eso, es necesario que se reconozcan y que exista justicia.

“Mientras no se dé con el paradero de la víctima, el delito es permanente, y tanto es cómplice quienes lo hicieron, como los que están ahorita y no han investigado este tipo de casos”, sostuvo.

A la actividad asistieron familiares de personas desaparecidas para recordar a las víctimas y solicitar a la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa que retomen la propuesta de ley para llevar justicia a las familias que por años han sufrido la desaparición de sus familiares.

El padre de Marily Alfaro Hernández, Jorge Alberto Hernández, era agricultor y catequista. Vivía en Apopa y fue desaparecido el 24 de marzo de 1982 por la Policía Nacional frente al mercado Ex Cuartel, mientras se dirigía a la conmemoración por el aniversario del martirio de Monseñor Romero. “Yo tenía tres años de edad. Mi abuela lo buscó por cada rincón de El Salvador y murió sin saber nada de él. No sé lo que es tener un padre, abrazarlo. Le cuento a mi hijo sobre él y porqué lo seguimos buscando”, mencionó. 

Juana del Carmen Hernández es tía de Marily y perdió a sus dos hermanos. Jorge desapareció en 1982 y Juan Antonio en 1986. “Juan salió a buscar fruta para adornar la cruz el 3 de mayo, pero nunca regresó. Desapareció un primero de mayo. Duele que mi madre murió hace tres años y nunca pudo encontrarlos”, explicó. 

Carlota Ramírez asiste cada año al Monumento de la Verdad, para recordar a sus familiares que fueron desaparecidos por el Estado salvadoreño. “Mi hermano y yo pertenecíamos a las comunidades eclesiales de base de San Juan los Planes, por eso se lo llevaron a él. A mí mamá se la llevaron porque los militares decían que ella era una “vieja alcahueta”, porque decían que nosotros éramos el brazo derecho de la guerrilla”, contó.   

El hermano de Concepción Benítez Ramos, José Tito Benítez, era sindicalista de una fábrica en Mejicanos y fue desaparecido por los Escuadrones de la Muerte. La madre de Concepción lo buscó hasta su muerte hace ocho años. Ahora es ella quien continúa con la búsqueda. “Ha sido doloroso y mi mami se fue con la esperanza de que iba a encontrar al menos su cuerpo, pero no pudo”, mencionó. 

En la década de los ochenta cinco miembros de la familia de María Angelina Alvarado desaparecieron, incluidos dos de sus hijos. “Mis hijos y uno de mis hermanos fueron capturados en 1980 en los cerros de San Pedro, en San Vicente. Los llevaron amarrados arriba de un pick up”, explicó. Ellos se encontraban trabajando el día que fueron capturados por militares. Foto/Emerson Flores

Durante la actividad fueron recordadas personas que fueron desaparecidas por su lucha por los derechos humanos, como el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES), Hebert Anaya Sanabria, quien fue secuestrado por la Policía de Hacienda el 26 de mayo de 1986. Foto/Emerson Flores.

Familiares de personas desaparecidas colocan imágenes de víctimas del Estado salvadoreño. Foto/Emerson Flores.

La Comisión Pro-Memoria Histórica busca que la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa retome su propuesta de ley para reconocer cada 30 de agosto como Día Nacional de las Víctimas de Detención y Posterior Desaparición Forzada. Foto/Emerson Flores.

Las personas que asistieron a la actividad conmemorativa encendieron velas y colocaron ofrendas florales en el Monumento de la Verdad, donde se encuentran inscritos los nombres de cientos de personas desaparecidas durante el conflicto armado. Foto/Emerson Flores.

El Monumento de la Verdad contiene cientos de nombres de personas desaparecidas o asesinadas durante el conflicto armado. El gobierno salvadoreño mantiene la deuda de no haber creado una Ley de Reconciliación que permita que las víctimas y sus familiares puedan recibir justicia y reparación. Foto/Emerson Flores.

Durante la actividad hubo participación de líderes de iglesias protestantes que mencionaron la importancia de mantener viva la memoria de las víctimas. Foto/Emerson Flores.

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