Aunque la inflación general ha bajado, el costo de los alimentos sigue siendo alto en El Salvador

El titular del BCR asegura que, en El Salvador, la inflación general ha disminuido en los últimos meses, un hecho que aunque es cierto no es suficiente para determinar que el costo de la vida en el país va mejorando.

Douglas Rodríguez, presidente del BCR, en conferencia de prensa. Foto/Twitter del BCR

Por Karla Arévalo

Julio 24, 2023

El presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Douglas Rodríguez, destacó recientemente que la tasa de inflación —parámetro con el que se evalúan los precios de los bienes y servicios que se comercian en un país— lleva diez meses disminuyendo en El Salvador, un hecho que, a su criterio, favorece a los salvadoreños pues esto significa mejores precios en el mercado. 

“Tenemos 10 meses consecutivos que la inflación va bajando. Eso nos favorece por el tipo de precios que se está poniendo a disposición de las familias salvadoreñas y evidentemente esperamos que a final de año sea del 2 %”, dijo el pasado 18 de julio, en la entrevista matutina “Frente a Frente”, de la Telecorporación Salvadoreña. 

La declaración, sin embargo, encaja en la definición de “Engañosa”, que es una de las seis categorías bajo las que Ojo de Gato hace verificaciones al discurso de los funcionarios. La inflación es un fenómeno de la economía que evalúa el precio de los bienes y servicios en un país, tanto de los alimentos como de la educación, el transporte, entre otros. Cada rubro tiene su propio comportamiento, y en ocasiones, el aumento de precios es variado entre uno y otro. En el caso de las declaraciones del funcionario, él hizo referencia únicamente al comportamiento de la inflación general, la cual ha disminuido en los últimos nueve meses. Sin embargo, ha obviado destacar el comportamiento de la inflación en otros rubros, como el de los alimentos, que, para el caso de El Salvador, continúa siendo alto.

La economista Tatiana Marroquín explicó a esta revista que la “inflación general” no se puede tomar de forma aislada como el único indicador para afirmar que la economía de las familias salvadoreñas está mejorando, cuando en realidad los precios de la canasta básica siguen altos.

“Que se estabilice la inflación general significa que el costo de la vida ya no está aumentando tanto (está aumentando, pero no mucho), eso es importante y puede ser beneficioso. Pero si el precio de los alimentos sigue creciendo, eso quiere decir que el indicador de ‘inflación general’ no se puede tomar como una muestra de que las cosas están bien porque el bien más importante para la vida está creciendo, y, por tanto, el costo de sobrevivencia para la mayoría de la gente no está teniendo alivio”, dijo Tatiana Marroquín. 

En El Salvador, la tasa de inflación en el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas es de casi el doble que la tasa de inflación general. Según las estadísticas del BCR para junio de 2023, la tasa de inflación general es de 3.78 %. Mientras que la del rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas es de 6.93 %.  

“El presidente del BCR debe de entender y conocer las dinámicas y cifras económicas más integralmente. El costo de la vida es un tema más complejo de ‘subió o bajó’ la inflación general, tiene otros matices relevantes, como el de los alimentos, entre otros”, agregó Marroquín. 

El Gobierno de Nayib Bukele recibió la administración del país con una tasa de inflación en los alimentos del 2.81 %. Mientras que la inflación general era del 0.53 %. Pero luego de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, la tasa de inflación más alta registrada en el país ocurrió en agosto de 2022, con 14.5 % en el caso de los alimentos y a 7.66 % de inflación general.

Que la tasa de inflación en el rubro de los alimentos continúe siendo alta coincide con el hecho de que el costo de la Canasta Básica de Alimentos en El Salvador no para de aumentar. Para junio de 2023, el precio en el área urbana fue de $250.76 dólares mensuales por familia. En el área rural de $188.89

Para el economista Rafael Lemus, la inflación debe verse como un “impuesto” que carga con mayor precio las facturas que pagan los salvadoreños; y si la inflación en los alimentos es elevada, el impacto tiende a ser mayor, pues el experto señala que la mayoría de los ingresos se destina a comprar alimentos.  

“El grupo de los alimentos y bebidas no alcohólicas se mantiene aún con una tasa de variación alta, y su suerte no está definida, pues las últimas medidas de Rusia sobre las exportaciones de alimento, cereal y fertilizante pudieran provocar un rebote no programado en el aumento de precios”, dijo a GatoEncerrado.

Actualmente, los precios del trigo y el maíz en los mercados mundiales han comenzado a subir luego de que Rusia rompiera un acuerdo de exportación de ambos productos. El Salvador, al igual que otras economías, no está exento de ese impacto, pues históricamente el país ha comprado más de lo que vende, un hecho que lo vuelve vulnerable ante las condiciones del mercado internacional. 

Asimismo, la hambruna está cada vez más cerca, pues El Salvador fue añadido recientemente al mapa de los países en alerta de hambre elaborado por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (WFP). A los problemas anteriores, las agencias de la ONU le añaden el fenómeno El Niño, que ha mermado las lluvias en el país y que amenaza con aumentar la inseguridad alimentaria.

Entre marzo y mayo del año pasado, 907,000 salvadoreños experimentaron inseguridad alimentaria. Un dato que representa el 14 % de la población.