El Juez de Instrucción de San Francisco Gotera, Jorge Guzmán, anunció, este 11 de marzo, que le tomará la palabra al presidente Nayib Bukele, cuando dijo: “Si el juez nos pide de la A a la F, nosotros vamos (abrir los archivos militares) hasta la Z” y agregó que nombrará a tres peritos para la inspección de los archivos en siete u ocho dependencias de la Fuerza Armada. Aunque no detalló cuáles.
“Se ha propuesto tres peritos: una perito guatemalteca y dos salvadoreños. En cuanto a las unidades militares no tengo bien presente, pero son unas siete u ocho. Tenemos el apoyo logístico de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia. La idea es intentarlo, que al momento dado, cuando el tribunal lo ordene y señale se niegue el acceso, pues estamos expuestos a eso, al menos lo vamos a intentar”, dijo el juez Guzmán, en una reunión que los sobrevivientes de la masacre solicitaron.
El juez insistirá en tener acceso a los archivos, a pesar de que el Gobierno le respondió, el 15 de noviembre de 2019, que en 42 dependencias del la Fuerza Armada no fueron encontrados los archivos militares relacionados con la masacre El Mozote y lugares aledaños, ocurrida en diciembre de 1981, en la que el Ejército ejecutó 978 personas, según un censo de víctimas que el Gobierno de El Salvador tuvo que hacer por orden de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). 533 de esas personas eran niñas y niños.
David Morales, de Cristosal y acusador particular en el caso, dijo que le preocupan los antecedentes del Ministerio de la Defensa Nacional (MDN) cuando en reiteradas ocasiones ha negado abrir los archivos militares.
“Es lo mismo que el gobierno anterior: buscamos y no encontramos. No existe la información. Eso no es verosímil, evidencia que en el actual gobierno sigue el propósito de encubrimiento. Hemos observado con preocupación cómo el actual Ministro de Defensa y el propio presidente han bloqueado una diligencia de inspección legítima de parte del Instituto de Acceso a la Información Pública. Lo cual, aparentemente, es con fines de encubrimiento de la verdad histórica y de violaciones a los derechos humanos del pasado”, dijo Morales.
La reunión, en la que el juez anunció que enviará a tres peritos a inspeccionar los archivos militares, ocurrió a solicitud de las víctimas de la masacre El Mozote, quienes querían manifestar su preocupación por la dilación del proceso judicial del caso, que lleva ya cuatro años desde que inció en 2016.
El juez Guzmán explicó que la lentitud en el avance del proceso judicial se debe a la complejidad del caso.
“Es un megaproyecto, pero siempre pensamos en un plazo razonable. Este caso tiene como base el Código Procesal Penal de 1973, pero también aplicamos el Código Procesal Penal actual y la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la normativa de derechos humanos. Es un proyecto híbrido, nutrido por varias leyes”, detalló el juez.
Guzmán también mencionó que las instituciones del Estado han obstaculizado el proceso cuando se niegan a esclarecer los hechos relacionados a la masacre. Prueba de ello es que, hasta la fecha, no se han abierto los archivos militares.
En febrero de este año, el Juez también solicitó al Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, que entregue la información que estaba clasificada y en la que aparecen datos importantes para descubrir la verdad histórica de todo lo ocurrido en diciembre de 1981, en El Mozote. Esa petición aún no tiene respuesta.
Las víctimas agregaron que están preocupadas por la Ley Especial de Justicia Transicional y Restaurativa para la Reconciliación Nacional que fue aprobada por la Asamblea Legislativa y luego vetada por el presidente Nayib Bukele, a finales de febrero.
“Se nos dice (en la nueva amnistía) que los que asesinaron a nuestros familiares son ancianos, que están enfermos. Ahí había ancianos, enfermos y niños, y ellos no tuvieron piedad”, mencionó Dorila Márquez, una de las sobrevivientes que participó en la reunión.
Sobre la recién aprobada y vetada Ley de Reconciliación, el juez explicó a las víctimas que no puede trabajar sobre la base de una ley que no existe.
“Este tribunal no puede estar supeditado a que se dicte o no se dicte la ley. Mi obligación es seguir tramitando el proceso”, mencionó.