Foto/Emerson Flores
Un informe entregado al Tribunal Supremo Electoral afirma que las elecciones legislativas, municipales y Parlacen reflejan un proceso transparente pero con un árbitro electoral pasivo que permitió una campaña desigual entre los partidos políticos contendientes, debido a que el presidente Bukele utilizó todo el aparato estatal para favorecer a su partido Nuevas Ideas. El informe indica que se hizo uso de recursos estatales como medios de comunicación, repartición de bolsas de alimentos y del bono de $300.
Un informe elaborado por observadores electorales de la Unión Europea (UE) sobre las elecciones de Concejos Municipales, Asamblea Legislativa y Parlamento Centroamericano concluyó que si bien el resultado electoral del 28 de febrero refleja lo que la ciudadanía expresó en las urnas, la campaña se dio en medio de una competencia desigual a favor del partido Nuevas Ideas (NI) y en medio de un contexto agresivo liderado por el presidente Nayib Bukele, quien usó su cargo y recursos públicos para beneficiar a su partido.
“Las elecciones parecían más bien presidenciales que legislativas y municipales ya que toda la campaña de NI se centró en la figura del presidente”, dice el informe al citar que el alcalde Mario Durán, en su acto de inicio de campaña, mencionó el nombre de Bukele 26 veces mientras que el suyo solo lo nombró una.
La figura del presidente Bukele y el uso de recursos públicos permitió que Nuevas Ideas tuviera ventajas sobre los otros ocho partidos contendientes. El resultado de las elecciones dejó con una mayoría calificada al partido Nuevas Ideas en la Asamblea Legislativa.
“El principal recurso público que utilizó el presidente Bukele en la campaña a favor de su partido fue su cargo y las opciones que ofrecía”, señala el documento del informe de la misión de expertos electorales (MEE UE), al que tuvo acceso GatoEncerrado.
Durante la pandemia, Bukele ordenó la distribución de un bono de $300 y bolsas de alimentos que se destacó en múltiples anuncios en los medios de comunicación públicos y privados.
El informe también hace ver que el Ejército fue uno de los principales apoyos del presidente, quien los destacó en numerosas oportunidades. “El ministro de Defensa, René Merino, llegó a pedir durante la campaña un papel más activo del Ejército en la política, en contradicción con el artículo 211 de la Constitución, que establece explícitamente que es “apolítico y no deliberante”.
Además, sostiene que el presidente Bukele, su gobierno y sus medios de comunicación dominaron con gran éxito el discurso político, pues durante las últimas semanas de campaña el foco de atención pasó de la apertura del bypass en La Libertad a la llegada de las vacunas contra el COVID-19 y a la compra de computadoras para los estudiantes y profesores.
El gobierno utilizó estrategias políticas contra los partidos contendientes de la oposición. Por ejemplo, retuvo por casi un año el Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los Municipios (Fodes). El Fodes, que era transferido mensualmente a las alcaldías, dejó de darse a partir de junio 2020 y se volvió a pagar el 50 % hasta que asumieron las nuevas administraciones, que en su mayoría representan al partido oficialista Nuevas Ideas.
El informe indica que esta medida tomada por el Ministerio de Hacienda causó que las alcaldías dejaran de pagar salarios, deudas e inhabilitar servicios durante los últimos meses para que los votantes tuvieran una mala imagen de la gestión municipal de ese momento.
Los partidos políticos representados en la Asamblea Legislativa tampoco tuvieron acceso al derecho constitucional de un anticipo del 75 % de la deuda política, que reciben del Estado según el número de votos obtenidos en la elección anterior. Los partidos políticos que compiten por primera vez, como fue el caso de Nuevas Ideas y Nuestro Tiempo, solo tienen derecho a un anticipo de $50 mil. “La deuda política no es una prioridad para mí”, dijo el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, dos meses antes de las elecciones.
“Esta omisión es una violación del principio constitucional de independencia de los partidos políticos y privó a la mayoría de ellos de activos financieros esenciales que les habría permitido un nivel de campaña diferente”, indica el informe.
Un monitoreo realizado por la organización Acción Ciudadana a la propaganda electoral de partidos y candidatos emitida en radio, televisión, prensa escrita, vallas y redes sociales, entre el 27 de noviembre de 2020 y el 21 de febrero de 2021, estimó un gasto de $12,305,161.07. De este total, Nuevas Ideas gastó el 71 %; es decir, $8,721,746.15. En segundo lugar, Arena gastó el 14 %, equivalente a $1,759,384.31.
Si a esos $12.3 millones se le suma la publicidad firmada por el gobierno (que también fue a favor de Nuevas Ideas), el monto aumenta a más de $14.7 millones.
La misión de observadores solicitada por el gobierno, compuesta por tres miembros, llegó al país el 22 de enero y permaneció hasta el 11 de marzo de 2021. Según el documento, la misión de expertos realizó más de 80 reuniones con representantes del gobierno, partidos políticos, autoridades electorales, periodistas y representantes de los medios de comunicación, organismos judiciales, organizaciones de la sociedad civil, así como con el mundo académico.
GatoEncerrado intentó hablar con los observadores para poder conocer a detalle el proceso de la investigación, pero un representante de la Unión Europea aclaró que no pueden dar declaraciones sobre el informe.
El informe de la misión de expertos de la Unión Europea reconoce la gestión eficiente y transparente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) en un proceso electoral complejo; sin embargo, señala el poco o nulo compromiso en administrar justicia electoral ante la campaña ilegal y la pasividad en no intervenir en la gestión de publicidad gratuita a la que tienen derecho los partidos en medios estatales, lo que contribuyó a la desigualdad en la campaña electoral.
El informe detalla que las campañas electorales fueron profundamente desiguales entre los partidos políticos. El presidente Bukele utilizó todo el aparato estatal, como cuentas gubernamentales, Radio El Salvador, Diario El Salvador y Noticiero El Salvador como instrumentos masivos de propaganda, lo cual se vio reflejado no solo en publicidad permanente sino en notas periodísticas que exaltaron el trabajo del gobierno.
“El presidente Bukele realizó una intensa campaña indirecta a favor de su partido en televisión y en redes sociales. Los partidos políticos no pudieron utilizar los espacios gratuitos en los medios de comunicación estatales previstos en la ley porque ni el TSE ni los medios habían programado un plan de difusión de los espacios. La cobertura de la campaña estuvo polarizada, con una clara diferencia entre medios públicos y privados, lo que limitó en parte el acceso a los ciudadanos a una información imparcial” cita el informe.
El día de las elecciones, el presidente de la República usó una cadena nacional para llamar al voto, violando el silencio electoral que estipula el Código Electoral, en el artículo 175, y en contra del artículo 184 que prohíbe a los funcionarios públicos prevalerse del cargo para hacer política partidista.
La ley establece que tres días antes de las elecciones se debe suspender toda la propaganda. Durante esa cadena nacional, el presidente Bukele llamó a los votantes a hacer fila en los centros de votación para poner en marcha “la operación remate” y así sacar del poder a quienes habían permanecido ahí por más de 40 años.
“Yo no soy el árbitro, yo estoy en gradería, en palco, si quieren. Yo no soy el árbitro, el (TSE) es árbitro”, dijo Bukele en esa cadena nacional sobre su posición en las elecciones. Según el informe y siguiendo la analogía (de un partido de fútbol), el presidente más que un espectador cumplió el rol de director técnico y financista de un equipo al que se le dieron más oportunidades.
La cadena nacional de televisión que dio el presidente fue la última de una serie de infracciones a la ley durante el período electoral. Días antes había inaugurado obras dentro del plazo de 30 días de prohibición.
Pero no fue el único. El 27 de diciembre del 2020, antes de comenzar formalmente la campaña electoral, los candidatos no solo de Nuevas Ideas sino también el excandidato de Arena a la alcaldía de San Salvador, Ernesto Muyshondt, y el partido de centro derecha Nuestro Tiempo, también comenzaron a hacer propaganda en espacios públicos sin recibir ninguna sanción.
Tres meses antes de las elecciones, el Tribunal Supremo Electoral ya tenía 56 procesos abiertos por campaña electoral ilegal, en algunos casos emitieron medidas cautelares ordenando quitar la publicidad; sin embargo, hasta la fecha el Tribunal no ha hecho público cuántos casos terminaron en sanciones.
“La inacción del Tribunal Supremo Electoral contribuyó a la desigualdad en la campaña electoral”, cuestiona el informe.
Ocho días antes de los comicios, el magistrado Julio Olivo dijo que la campaña había sido “el mayor desastre en tema de propaganda electoral” porque había conducta omisiva de los magistrados, principalmente de la presidenta del organismo, Dora Esmeralda Martínez de Barahona, para beneficiar la propaganda del gobierno.
Olivo aseguró que había insistido en que el Tribunal debía detener la campaña ilegal, pero dentro del organismo colegiado no tenía los votos necesarios para hacerlo.
El magistrado denunció que había inequidad en la competencia. “El presidente (Bukele) puede hacer lo que quiera. Ya llegó al límite extremo, por ejemplo, de inaugurar una obra del bypass (de La Libertad) “, dijo en la entrevista de canal 12, el 22 de febrero.
“Hay muchas que mejorar, pero a pesar de haber sido una elección atípica, principalmente por el COVID, creo que el TSE, sus autoridades intentamos hacer un papel digno, reconocido incluso por organismos internacionales”, dijo el magistrado Noel Orellana.
La diputada Anabel Belloso, parte de la bancada de cuatro diputados que ganó el FMLN luego de la debacle histórica del partido de izquierda, concuerda con el informe y señala que a pesar de la legitimidad de los resultados no se dio una elección en igualdad de condiciones con los demás partidos en contienda.
“Nosotros señalamos que más allá de haber reconocido los resultados, como partido no podíamos dejar de cuestionar y señalar la desproporcionalidad con la que se llevó adelante este proceso con ciertas irregularidades con las que el TSE tomó decisiones favoreciendo a Nuevas Ideas y ya no se diga en cuanto a la desproporción en la propaganda electoral y el bloqueo que se hizo a la competencia que debería de ser en igualdad de condiciones. Habrá que tener la información también de dónde vinieron los recursos para financiar esa campaña”, comentó a esta revista.
Según los observadores el Gobierno de El Salvador logró controlar la narrativa mediática no solo en medios de comunicación sino también en redes sociales. Detallan cómo la cuenta de twitter del presidente Bukele fue la piedra angular durante la campaña electoral pero que también se valieron de la cuenta gubernamental de la Secretaría de Prensa de la Presidencia con un promedio de 212 tweets diarios y la cuenta de Diario El Salvador con un promedio diario de 164 tweet y 500 seguidores nuevos. Aunque otros partidos le apostaron a la promoción personal de cada candidato, la cuenta de Arena publicó 5 tweets diarios en promedio, FMLN en su mayoría solo dio retweets a sus candidatos y Gana la utilizó para comunicar sus actividades.
Esta revista también intentó hablar con diputados de la fracción de Nuevas Ideas a la salida de la comisión financiera de la Asamblea Legislativa pero como es costumbre se negaron a responder.