Urbanización en Tacushcalco contamina río que abastece a comunidades

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Emerson Flores

Tacushcalco fue declarado Bien Cultural en 1997 bajo la denominación de sitio arqueológico Tacuscalco-Los Cerritos. Eso significa que fue reconocido como un lugar de riqueza histórica y cultural, por lo que debía protegerse y conservarse. Sin embargo, y pese a las medidas de protección, la empresa Fénix ha ejecutado su proyecto urbanístico “Acrópoli” con más de 600 casas y tiene entre sus planes expandirse con otras 400 casas más. Para construir esa residencial fue necesaria la utilización de maquinaria que terminó destruyendo parte de los vestigios arqueológicos del lugar. Por si eso no fuera suficiente, diferentes instituciones como un juzgado ambiental, el Ministerio de Medio Ambiente, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y organizaciones de sociedad civil han documentado que las aguas residuales de la residencial terminan en el río Ceniza, junto con la contaminación del monocultivo de caña y granjas de la zona. Las comunidades que se abastecen del río Ceniza tienen que utilizar el agua contaminada para los usos domésticos.

Esta es la estructura número 10 del sitio arqueológico Tacushcalco y se encuentra frente a la residencial Acrópoli. La estructura está cubierta por una milpa. Gran parte del terreno se usa para cultivar caña de azúcar, lo cual es permitido si estas no usan maquinaria pesada para intervenir la tierra y así evitar dañar al sitio. La empresas habían respetado esta medida de no usar maquinaria hasta enero de 2020, cuando la empresa agroindustrial El Paraisal usó tractores para surcar el suelo. Foto/Emerson Flores.

La residencial Acrópoli fue construida sin permiso sobre el sitio arqueológico Tacushcalco. Habitantes de las comunidades aledañas temen que los planes de expandirse de Fénix terminen por destruir lo que queda del bien cultural de la zona. Foto/Emerson Flores.

En una notificación de diciembre de 2020, el Juzgado Ambiental de Santa Ana preguntó a Inversiones e Inmobiliaria Fénix S. A de C.V., si ya contaba con una planta de tratamiento de aguas residuales adecuada. El agua que desecha Acrópoli cae al río Ceniza, afectando a las personas que viven río abajo. Foto/Emerson Flores.

Los habitantes del cantón Alemán de Nahulingo no tienen agua potable, por eso han abierto pozos en sus casas para abastecerse. El agua de esos pozos está conectada con la del río Ceniza. Foto/Emerson Flores.

El agua de los pozos es para el uso doméstico, por eso a los habitantes del cantón Alemán les preocupa la contaminación que provocan los proyectos urbanísticos, monocultivo de la caña y los desechos sólidos. Foto/Emerson Flores.

Román Cartagena, habitante del cantón Alemán, afirma que la gente ya no se baña en el río Ceniza debido a la contaminación: “La gente se enferma, les da picazón bañarse en el río”, mencionó a GatoEncerradoSegún el Plan Nacional de Gestión Integrada del Recurso Hídrico Nacional, el río Ceniza presenta una alta contaminación bactereológica a lo largo de su recorrido; sobre todo, aguas abajo del casco urbano de Sonsonate. Foto/Emerson Flores.

El tule nace en las riberas del río Ceniza, a pesar de la contaminación. La planta es materia prima para la elaboración de petates, canastas y otros objetos tradicionales para las comunidades indígenas. Foto/Emerson Flores.

Los habitantes de la zona han tenido que lidiar en el último año con la pandemia, con la falta de agua potable y con la contaminación del río. Foto/Emerson Flores.

Ismael Gómez, de 50 años, barre el patio de su casa en el cantón Alemán en Nahulingo. Román afirma que la expansión de la residencial Acrópoli en Tacushcalco, ahora que la directora de Patrimonio Cultural retiró las medidas de protección, pone en riesgo a comunidades como La Bolsona, La Vega Sur, Alemán, El Edén y otras. Foto/Emerson Flores.

La contaminación del río es solo uno de los problemas que se derivan de la construcción. En Tacushcalco se está destruyendo parte del patrimonio cultural. En Tacushcalco han sido encontrados restos de cerámica del período preclásico y clásico (1000 a. C. al 900 d. C.). Aún después de la destrucción del lugar se pueden observar al caminar en los alrededores de la zona que fue declarada Bien Cultural. Foto/Emerson Flores.

Restos de los vestigios también han sido detectados en los linderos del sitio Tacushcalco. Este complejo altar estela lisa, por ejemplo, formó parte de una estructura mayor. El vestigio es utilizado como poste en una casa que está cerca del río Ceniza. La zona resguarda 3,000 años de historia, pero algunos de los pobladores de Nahulingo no son concientes de eso. Foto/Emerson Flores.

Por la destrucción del sitio arqueológico Tacushcalco hay un proceso penal por daños agravados contra el patrimonio cultural. El proceso lo enfrenta el representante legal de la empresa Fénix, Rodolfo Recinos de León, en el Tribunal de Sentencia de Sonsonate. La vista pública ha sido suspendida dos veces y se reanudará hasta este mes de septiembre. Foto/Emerson Flores.

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