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¡Hasta darles el abrazo!

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Por Melissa Paises

El Bajo Lempa, zona de asentamientos tras la masacre de La Quesera en 1981, sigue sufriendo el acoso constante de policías y militares. Esta vez, por el régimen de excepción impuesto por el gobierno de Nayib Bukele y avalado por su Asamblea Legislativa, que ha tomado a esta región del departamento de Usulután como territorio predilecto para capturar a jóvenes, agricultores, madres y defensores de derechos humanos.

En el Bajo Lempa, los habitantes le temen más a la Policía que a la inseguridad y confían más en las organizaciones sociales que en las instituciones estatales de derechos humanos. En esta región, el hostigamiento de los cuerpos de seguridad provocó que las familias perdieran el miedo a denunciar y a exigir la liberación de inocentes.

Hasta darles el abrazo” es el resultado de ese proceso de organización de las comunidades, que hizo posible compartir experiencias, miedos, dolores y vivencias que se canalizaron en la composición de una canción para dar a conocer la crisis que dejó el régimen de excepción en esta zona.

Indicación: Para tener la experiencia sonora, toque el botón de play que está en cada bloque.

Las familias que se enfrentan a una captura arbitraria salen de sus hogares sin certeza de qué hacer ni a dónde acudir. Rebotan de una institución a otra en búsqueda de respuestas. En medio del régimen, el bloqueo al acceso a la información sobre los detenidos se ha convertido en una práctica común. Para Ovidio Mauricio, de Tutela Legal, esta situación es similar a una desaparición forzada, porque los familiares desconocen el paradero y el estado de sus parientes detenidos.

Lo único que le queda a las familias es recopilar la mayor cantidad de documentos posibles que demuestran sus arraigos, y quedarse a la espera de que algún defensor público los tome en cuenta para intentar demostrar la inocencia en las audiencias. Sin embargo, casi todos los detenidos, incluso los que fueron capturados arbitrariamente, enfrentan la misma situación: seis meses de detención provisional para continuar con las investigaciones.

Ante el ensordecimiento de las instituciones del Estado, las Comunidades Eclesiales de Base del Bajo Lempa se han convertido en un medio de escucha, acompañamiento y organización. A través de reuniones, en las que cada familia expone su dolor, angustia e incertidumbre, se han concretado los esfuerzos para exigir de manera colectiva al Estado que libere a los inocentes.

El temor a represalias por reunirse y denunciar siempre está latente. En la comunidad, el miedo resurgió tras la captura de Sara Posada, una mujer organizada que denunció la captura arbitraria de su esposo.

En las reuniones de la comunidad cada caso recibió especial atención. Entre estos hubo personas que relataron cómo fueron capturados hasta seis integrantes de sus familias, como el caso de Carmen Escobar: su hijo, sus dos hermanos, su cuñado, su sobrino y su nuera.

El caso de la familia de Carmen comparte un elemento en común: Todos fueron detenidos en el interior de sus hogares, mientras los niños rogaban que no golpearan a sus padres y que no se los llevaran, en medio de un procedimiento en el que la Policía destrozó sus casas en busca de pruebas o de algo con qué inculpar.

Las más de 45,000 capturas ejecutadas por militares y policías han sido utilizadas en la narrativa del gobierno de Nayib Bukele para evidenciar la efectividad del régimen de excepción; sin embargo, el Movimiento de Trabajadores de la Policía asegura que se les ha impuesto una cuota diaria de detenciones, incluso si esto significa capturar a personas inocentes, implantarles pruebas y acusarlos de cargos falsos.

“Agrupaciones ilícitas” es el delito que las autoridades utilizan para justificar la mayoría de los arrestos, pese a que algunos de los detenidos no poseen tatuajes alusivos ni antecedentes penales u órdenes de captura. Durante el régimen de excepción, desde las capturas hasta las audiencias, las autoridades ya dictaron una “sentencia” sin haber pasado por el debido proceso: Todos son culpables. 

Los defensores de la Procuraduría General de la República (PGR) no tienen la capacidad para defender individualmente a cada detenido en audiencias virtuales en las que son juzgadas más de 20 personas a la vez y tampoco tienen tiempo para demostrar ninguna prueba de inocencia. El régimen de excepción anula el derecho de defensa.

Esmeralda Domínguez, la defensora de derechos humanos y lideresa de una ADESCO en San Marcos Lempa, fue capturada el 19 de abril tras luchar por la liberación de su esposo, también capturado por el régimen.

El caso de Esmeralda fue el primero en ser llevado ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) a través de un recurso de habeas corpus para exigir que un juez revise lo más pronto posible su captura y determine si fue injusta e ilegal. Esta detención sentó un precedente dentro de las comunidades del Bajo Lempa que resintieron su captura, convirtiéndose en la antesala de los demás esfuerzos de búsqueda de justicia.

A las 11:00 de la noche del sábado 26 de marzo, el agricultor Eduardo Rivera y el futbolista Miguel Ángel Mejía fueron retenidos por policías durante cuatro horas a la espera de que la Asamblea Legislativa aprobara el régimen de excepción. Estas fueron las primeras capturas en el Bajo Lempa y en el país.

Miguel Ángel y Eduardo cumplen con el perfil que se repite en la mayoría de las detenciones arbitrarias, según un informe de Cristosal: ambos son hombres, jóvenes, económicamente activos y de zonas empobrecidas. 

Ambos fueron detenidos mientras celebraban el triunfo del equipo América, en el que Miguel Ángel es portero. Tras la captura, dos familias se quedaron sin sustento, las tierras sin cultivar y un bebé de dos meses sin su papá.

El grito por justicia de las familias del Bajo Lempa ha llegado hasta la Sala de lo Constitucional, donde 67 recursos de habeas corpus han sido interpuestos para buscar, a través de las vías legales, una pronta resolución de los casos.

En marzo, la tímida presentación de 11 recursos causó revuelo en los medios de comunicación. Esto provocó un efecto en cadena que motivó a más familias a organizarse para exigir que los inocentes sean liberados para “darles el abrazo”.

Indicación: Escuche la canción completa al tocar el botón de play.

Créditos

Investigación: Melissa Paises

Fotografía: Emerson Flores

Diseño: Leonel Pacas

Idea original: Tatiana Alemán

Datos y mapa: Xenia Oliva

Edición: Ezequiel Barrera

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