Opinión

Persecución al periodismo en El Salvador: sin respiro de esperanza

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Sofía Guzmán

Feminista, escritora egresada de la Licenciatura en Periodismo de la Universidad de El Salvador y productora/directora audiovisual.

No es nada nuevo que los presidentes utilicen la labor periodística de informar y/o desinformar a la población/sociedad civil con mensajes previamente alineados a las agendas de interés con fines de fundamentar y manipular sus opiniones respecto a las acciones ejecutadas dentro de su mandato con el objetivo de favorecer su propia imagen.

Por Sofía Guzmán* 

El 3 de febrero de 2019, Nayib Bukele, fue electo presidente de El Salvador. A casi 4 años de su mandato presidencial, el ejercicio periodístico se ha convertido en una de las profesiones más peligrosas de la región.

En su concepto más común, podría decirse que es una “actividad profesional que consiste en la obtención, tratamiento, interpretación y difusión de informaciones a través de cualquier medio escrito, oral, visual o gráfico”.

De acuerdo con esa definición, el periodismo tiene, entre otras funciones, la capacidad de informar y desinformar; de crear opiniones y cambiarlas. Esto último hace que usualmente se utilice y manipule desde el poder económico o político. Por ello, los gobiernos suelen aprovecharse del impacto de esta profesión.

No es nada nuevo que los presidentes utilicen la labor periodística de informar y/o desinformar a la población/sociedad civil con mensajes previamente alineados a las agendas de interés con fines de fundamentar y manipular sus opiniones respecto a las acciones ejecutadas dentro de su mandato con el objetivo de favorecer su propia imagen.

Todos los trols del presidente: luchas reales y falsas en Twitter en El Salvador”, es una investigación publicada por International Crisis Group en el año 2020, en la que se detalla el aumento de cuentas que se unieron a Twitter en las semanas siguientes a la toma de posesión de Nayib Bukele el 1 de junio del 2019, y se explica la forma en la que se lleva a cabo esta actividad.

Si bien son de conocimiento público los señalamientos al presidente Bukele por haber contratado personas, específicamente para interactuar en redes sociales a su favor, está investigación también revela la “irregularidad” en la tasa usual de tráfico orgánico (actividad regular de los usuarios en Twitter). Es decir, esas cuentas creadas antes y después de la toma de posesión de Bukele con frecuencia se copian a sí mismas, repitiendo exactamente el mismo mensaje, pero dirigidos como respuesta a diferentes usuarios.

De forma similar, un documento interno del Departamento de Estado de Estados Unidos de febrero del 2022, consultado por la Agencia de Noticias, Reuters, que se propuso mapear la manipulación que ejerce Bukele sobre el panorama mediático de El Salvador, encontró que una de las estrategias comunicacionales del gobierno corresponde a la manipulación de mensajes, persecución a las organizaciones de Derechos Humanos y el freno de cualquier tipo de voces en desacuerdo a su accionar político. 

 “Inundar a El Salvador con propaganda, demonizar a las instituciones encargadas de desacreditar esa propaganda –la prensa libre y la sociedad civil– dominan las narrativas públicas y reprimir la disidencia”. “El presidente Nayib Bukele ha construido un gigante de las comunicaciones en El Salvador. Su motor: trolls de internet pagados cuyos ataques en línea están poniendo en peligro a periodistas y opositores políticos”, señaló la investigación de Reuters, publicada el 29 noviembre de 2022.

Por consiguiente, esta situación en el territorio salvadoreño tan agravante en contra de lxs periodistas, que se dedican a investigar y cuestionar las acciones del presidente Bukele, llevó a que 10 periodistas y un comunicador se vieran forzados a abandonar el país durante el año 2022. De estos, dos se han exiliado en el exterior después de recibir amenazas de funcionarios e instituciones del Estado por su trabajo periodístico, según datos del Centro de Monitoreo de Agresiones contra Periodistas de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES).

125 agresiones a periodistas por el gobierno de Bukele fueron registradas también por la APES en el 2022. Sin mencionar los diversos ataques cibernéticos contra diferentes medios de comunicación como El Faro, GatoEncerrado, La Prensa Gráfica, El Diario de Hoy, Diario El Mundo, Revista Digital Disruptiva, entre otros.

Ni un solo respiro de esperanza

El pasado 14 de febrero, bajo la sesión plenaria #95, la Asamblea Legislativa de El Salvador, prorrogó nuevamente el régimen de excepción en el que el país se encuentra desde el 27 de marzo del 2022. 

“Hay que destacar que, en los casos de retenciones arbitrarias, en donde participan simultáneamente miembros de la PNC y FAES, se ha identificado una pugna de poder entre dichos grupos para demostrar quiénes tienen la autoridad para restringir el derecho a la libertad de prensa, sin tener argumentos legales”, sostuvo la APES en 2022.

A casi 11 meses del régimen de excepción, el alto índice de detenciones arbitrarias y abusos policiales, además del número de periodistas exiliados y perseguidos por el gobierno Bukele, hay que añadir los más de 102 muertos bajo custodia del Estado durante este periodo. En otras palabras, desde lo que pensamos que sería un suceso con impacto social, leve, se ha convertido en un martirio para cada salvadoreñx y especial énfasis para lxs periodistas comprometidos con el ejercicio periodístico desde una perspectiva crítica.

Bajo las circunstancias antes descritas y el incremento a la vulneración de los Derechos Humanos ejercidos por el actual gobierno salvadoreño, aún hay una gran cantidad de periodistas, defensores de Derechos Humanos, feministas, líderes sociales que siguen en un constante compromiso de alzar la voz contra la impunidad, la militarización y la dictadura del presidente Nayib Bukele. 

¡Gracias a cada unx de ustedes por creer en el impacto del verdadero quehacer periodístico!

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Sofía Guzmán

Feminista, escritora egresada de la Licenciatura en Periodismo de la Universidad de El Salvador y productora/directora audiovisual.

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