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Detrás de las cámaras

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Por Ezequiel Barrera

El Salvador está por cumplir un año bajo un régimen de excepción que ha servido al Gobierno de Nayib Bukele para declararle la guerra a las pandillas con las que antes tuvo un pacto. Este régimen ha dejado graves violaciones a los derechos humanos de familias que no tienen ninguna relación con pandillas. Los periodistas hemos estado allí, en primera fila, cubriendo todos esos casos y hemos documentado torturas y abusos policiales. Esto ha hecho que el Gobierno también esté persiguiendo a los periodistas. Este podcast relata los riesgos y las limitaciones que han vivido los periodistas mientras hacen su trabajo en el régimen y bajo condiciones hostiles para ejercer la libertad de prensa.

 Agradecimiento especial a las fotoperiodistas de El Diario de Hoy: Jessica Orellana y Yessica Hompanera por haber participado en este podcast. Asimismo, un agradecimiento a la periodista de judiciales de La Prensa Gráfica, Claudia Espinoza; y a la presidenta de la Asociación de Periodistas, Angélica Cárcamo.

Ernesto Castro: Además de periodistas son sinvergüenzas y han vivido también de ese de ese de este miedo de esa zozobra han vivido y han andado queriéndose jactar incluso de intelectuales para mí en realidad es gente acomplejada y con poca personalidad, que lo que necesita es llamar la atención y tratar de decirle a este país que son alguien cuando no son nada.

Ezequiel Barrera: Estas no son las palabras de un fanático político en frenesí que repite el discurso de odio del presidente de El Salvador, Nayib Bukele. Son las palabras del diputado oficialista de Nuevas Ideas y presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro.

Ernesto Castro: Y ahora que están metiendo presos a los terroristas se siente inseguro en este país y no hay que hacer y andan pidiendo así lo que le den asilo y que se vayan hombre. Si es que aquí no aportan nada, si se quieren ir que se vayan es que esto piensan que nosotros nos vamos a poner. Ay, no, por favor, no se vayan fíjense que aquí los necesitamos, no los necesitamos ¡váyanse!

Ezequiel Barrera: Pero… cómo llegamos en El Salvador hasta este momento en el que un alto funcionario utiliza medios estatales para vociferar desde su curul en contra de los periodistas para que se vayan del país? 

Acompáñame en este podcast de GatoEncerrado para entender cómo ha sido ejercer el periodismo en un contexto de régimen de excepción. Es claro que algo así solamente se puede entender a través de la experiencia de fotoperiodistas como Jessica Orella y Yessica Hompanera de El Diario de Hoy y la periodista de judiciales de La Prensa Gráfica, Claudia Espinoza, quienes han cubierto el régimen con rigor y ética. Yo, soy Ezequiel Barrera, periodista de GatoEncerrado.news y esto es Detrás de las cámaras.

En 2022, los salvadoreños comenzamos a percibir cierta paz al caminar por los lugares donde históricamente las pandillas tenían el control y asesinaban a diario. Esa tranquilidad, por supuesto, no debe confundirse con haber alcanzado la seguridad pública ideal. Además, investigaciones periodísticas revelaron que la disminución de homicidios se debía a un acuerdo o negociación del Gobierno de Nayib Bukele con las pandillas, principalmente con la más grande que era la Mara Salvatrucha. Pero esa relativa calma en las calles, de repente, cambió en marzo de ese año.

COLLAGE NOTICIAS

Ezequiel: En el último fin de semana de marzo de 2022, los salvadoreños volvimos a ver, con horror, la violencia homicida que nos había estigmatizado ante el mundo en los años y décadas anteriores. Lo que ocurrió aquel fin de semana fue una matanza sin precedentes. Ni siquiera en los años más violentos de este siglo sucedió algo similar a la masacre de ese marzo cometida por las pandillas en distintos puntos del país. Los muertos, anunciados en los noticieros y periódicos, eran cada vez más mientras pasaban las horas. Las autoridades documentaron, en total, 87 asesinatos solamente ese fin de semana. Definitivamente, algo se había roto. El acuerdo de Bukele con las pandillas se deshizo.

COLLAGE NOTICIAS – noticias de Bukele pide régimen / primeros operativos / primeras violaciones a derechos humanos amnistía / cárcel en Tecoluca

En medio de esta vorágine de sucesos en El Salvador, cada día más intensa y agotadora… (suspiro… y cambio de música) … estábamos los periodistas.

Cuando ocurrió la masacre de marzo, cuando el gobierno pidió —o mejor dicho ordenó— a la Asamblea Legislativa que aprobara un régimen de excepción, cuando las autoridades comenzaron las redadas y operativos, cuando los militares comenzaron a cometer abusos, cuando los detenidos en el régimen comenzaron a morir vapuleados y con señales de tortura en centros penales, cuando la crisis de graves violaciones a derechos humanos comenzó en El Salvador… ahí estábamos los periodistas. Siempre hemos estado allí, en primera fila, como testigos silenciosos de la historia que registramos todo lo que podemos con nuestras cámaras y grabadoras para luego explicar la realidad a través de fotografías, notas, videos o podcast. Esta labor, de estar ahí donde suceden las cosas, no es fácil, y en esta esquina del mundo, en esta región centroamericana, en este El Salvador de hoy, las condiciones para ejercer la libertad de prensa son cada vez más hostiles.

Y no hablo solamente de cómo en el Gobierno de Nayib Bukele obstaculiza el trabajo periodístico influyendo para cerrar medios y espacios cívicos, o de cómo se utiliza sofisticados software de espionaje para perseguir a periodistas y líderes de opinión y sociedad civil o de cómo pone en reserva la información que debería ser pública para que todos podamos saber cómo el Estado se gasta el dinero de nuestros impuestos. 

Hablo también de lo difícil que es ejercer el periodismo cuando te sientes abrumado por lo que sales a cubrir todos los días y cómo eso te carga emocionalmente y te afecta sentirte impotente ante la realidad de miles de personas que además de vivir en la miseria, también son torturados y capturados arbitrariamente por militares y policías que parecen haber entendido que en el régimen de excepción tienen luz verde para cometer abusos en contra de los ciudadanos bajo el argumento de que están en una guerra contra las pandillas. 

Los periodistas, según los expertos en salud mental, también cargamos un poco de lo vemos y cubrimos en contextos como el del régimen de excepción. Es que también somos humanos y en alguna medida nos afecta estar en medio de donde ocurren las cosas. En El Salvador, sumado a esto de la carga emocional, el constante ataque de los funcionarios de alto nivel eleva el estrés y el riesgo con el que conviven los reporteros.

Muestra de esto último es que el Centro de Monitoreo de Agresiones de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) informó que el año 2022 cerró con 128 agresiones y 155 afectaciones reportadas. Aunque este es un dato alarmante de lo que sucede en este país centroamericano, es necesario aclarar que podría haber un subregistro de más agresiones que nunca fueron reportadas o denunciadas. A veces, los periodistas tienen temor de denunciar y en otras ocasiones no reportan lo que les sucede porque ya normalizaron las agresiones. 

Angélica Cárcamo, la presidenta de la APES, dice que en algunos casos la situación de riesgo es tan grave que los periodistas han decidido irse del país para resguardar su vida y libertad.

Angélica Cárcamo: Otro de los hechos que también nos ha preocupado es todo el tema de la salida de periodista del país por el contexto del régimen de excepción o de régimen porque de excepción ya no tiene nada, ya tiene hasta la esta fecha nueve prórrogas y prácticamente lo que han parido es un régimen pero decepción no tiene nada en el año 2022 tuvimos alrededor de siete periodistas que se fueron en el marco del régimen para prevenir cualquier implicación de alguna sanción penal por sus publicaciones periodísticas porque en el marco del régimen se aprobaron reformas al Código Penal y a la ley de Proscripción de Pandillas que puede penalizar con cárcel a periodistas que cubren temas de sobre pandillas.

Ezequiel: Una de las periodistas que más ha cubierto el régimen de excepción es Claudia Espinoza de la sección judicial de La Prensa Gráfica. Claudia cuenta que para evitar más agresiones de parte de los cuerpos de seguridad lo que hace es intentar mantener un perfil bajo. Ese perfil bajo, pasar inadvertida, se ha convertido en su estilo de vida.

Claudia Espinoza: Hay lugares cuando yo ando en cosas personales y no tengo que ir a trabajar, yo el carné lo dejo en la casa, no lo quiero andar porque siento yo que me van a detener en algún momento y me sacan el carné y soy de La Prensa Gráfica, no sé qué pueda pasar, más hoy en el régimen de excepción que te pueden agarrar por cualquier cosa.

Ezequiel: Cualquiera, desde afuera, podría pensar que Claudia es exagerada o paranoica. Pero la realidad es que su medida de mantenerse con perfil bajo está justificada. El ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, confirmó en una entrevista para la radio YSKL que desde el gobierno espían o le dan seguimiento a los periodistas. Claro, lo matiza diciendo que los periodistas hacen apología del delito, que son antiéticos y por eso se sienten en la obligación de espiarlos. En el fondo, al gobierno de Nayib Bukele no le gusta la crítica y por eso persigue a todo aquel que disiente y contradice la narrativa oficial. De todas formas, el hecho es que el ministro no tiene problemas para admitir que utilizan recursos del Estado para perseguir a periodistas en El Salvador.

Gustavo Villatoro: Vivimos en libertad de expresión, pero yo siempre lo digo, todo tiene su límite, y sí le estamos dando seguimiento a muchos periodistas que están haciendo ya no esa comunicación morbosa, sino ya con una clara intención de generar apología.

Ezequiel: Esta persecución y ataques a periodistas en El Salvador no es algo nuevo. Es necesario aclararlo porque es posible que alguien tenga la percepción de que la libertad de prensa ha sido afectada desde la llegada de Bukele. No es cierto, desde antes la situación era hostil. Pongo un ejemplo relacionado con censura y ataque digital: En febrero de 2019, cuando el último gobierno del FMLN iba de salida, GatoEncerrado publicó una investigación que detallaba cómo los funcionarios de ese momento utilizaron el servicio exterior como la guardería para sus hijos o, mejor dicho, como la gran oportunidad para que sus hijos viajaran y ocuparan puestos consulares en el exterior para los que  no tenían experiencia ni formación académica. Tras la publicación, el sitio web de GatoEncerrado tuvo un ataque DDos; es decir, le enviaron miles de solicitudes a la página web para que cargara los contenidos hasta que el servidor colapsó y la página web quedó fuera del aire por unas horas hasta que pudimos levantar nuevamente el servidor.

Si bien es cierto, los ataques a periodistas han sido históricos en El Salvador, la verdad es que lo que ocurre actualmente es más preocupante, ya que es el mismo presidente quien lidera el discurso de odio en contra de los medios y periodistas independientes. En septiembre de 2020, en el año de la pandemia, Bukele utilizó una cadena nacional de radio y televisión para desacreditar el periodismo de los medios de investigación que son independientes. Sobre GatoEncerrado dijo que era un medio pequeño y minimizó nuestro trabajo. Dijo que le sorprendió que congresistas estadounidenses mostraran su preocupación por los ataques a medios pequeños como GatoEncerrado

Nayib Bukele: En la carta anterior me dio risa porque los congresistas firmaron una carta y ponen: “las reiteradas violaciones al medio GatoEncerrado”, y yo no sabía que existía ese medio, no sé si ustedes periodistas conocen ese medio. Y dije, tal vez en inglés “enclosed Cat” o algo. Empecé a buscar y no encontré el medio GatoEncerrado. Y lo encontré luego y era casi una página web chiquitita. Por lo menos El Faro tiene accionistas como Simán, los financia George Soros, y a GatoEncerrado también lo financia George Soros porque ahí lo vi. Pero chiquito, un medio casi inexistente. Yo creo que los salvadoreños que están viendo la cadena ni saben qué es GatoEncerrado, ni yo tampoco lo sabía. Y doce congresistas se van a preocupar para poner GatoEncerrado, no hombre, señores, no traten de darnos jueguito y que nos lo tomemos.

Ezequiel: Esta persecución y discurso de odio en contra de periodistas también hace eco en las masas que siguen al presidente de El Salvador, que según las encuestas aún son el 90 % de la población. Es decir, nueve de cada 10 salvadoreños aún defienden a ultranza todo lo que el gobierno hace o dice. Algunos son radicales y se atreven, incluso, a amenazar y perseguir reporteros. La fotoperiodista de El Diario de Hoy, Jessica Orellana, ilustra muy bien este punto con una situación que enfrentó luego de cubrir y publicar casos del régimen de excepción en los que reveló abusos policiales. 

Jessica Orellana: Hubo algo que a mí sí me dio bastante miedo porque hubo alguien que escribió, eh? De dónde yo era de donde yo vengo, o sea, del lugar donde donde vive y lastimosamente al lugar donde viven mis papás, es decir, alguien había puesto ella vive en tal lado y eso. Cuando lo ves en redes sociales, pensás que probablemente no pueda salir de ahí, pero cuando ya ves que qué pasa en este tipo de cosas que alguien se siente con la libertad de decir, eh? Ella es de acá, o sea, digo qué va a pasar mamá? O sea, que que es lo que va a suceder realmente si alguien se va a tomar el atrevimiento de de ir a buscarme a la casa para agredirme una cosa así, entonces como como bien difícil. 

Ezequiel: Mientras en las redes los periodistas reciben este tipo de ataques personales; en el terreno, en las calles, también hay un rechazo hacia los periodistas que buscan casos que ilustran las violaciones a derechos humanos en medio del régimen de excepción. Algunas personas, familiares o víctimas de capturas arbitrarias, no quieren hablar de sus casos con los reporteros. Yessica Hompanera, de El Diario de Hoy, relata que en sus coberturas ha visto cómo policías y militares coaccionan a los familiares de las víctimas del régimen para que no hablen con periodistas. 

Yessica Hompanera: Porque a mí me ha pasado que una vez fui a Mariona al a ver lo de cómo estaban las personas ahí y algunos policías incluso soldados le decían a las mismas personas, o sea, uno se acerca con todo el respeto del mundo, verdad? Dice se presenta mire. Soy fulanita. Tal vengo de de un periódico tal y ando haciendo esto entonces los policías que a veces están cerca, dicen miren no hables con ellos, porque si no, no le van a sacar a su hijo si sale el nombre de su hijo o da el nombre o de dónde viene lo van a identificar. Entonces ese es un miedo que se va creando en la gente general, que se va corriendo la voz y que al final uno resulta ser como enemigo también de esas familias, aunque uno tenga la intención de ayudar de ser visibles sus casos vea. 

Ezequiel: Claudia Espinoza, de La Prensa Gráfica, también ha notado lo mismo en sus coberturas. Algunas veces, el miedo de la gente de hablar de sus casos en el régimen los hace hasta gritar a los periodistas para que se vayan del lugar y que no cuenten las injusticias que están viviendo.

Claudia: El problema es con la familia porque cuando comenzamos a sacar testimonios de las capturados, pero cuando comenzaron a salir fallecidos, íbamos afuera del penalito a hablar con gente y mucha gente que nos veía mal mayormente a los fotógrafos y camarógrafos que andan con su equipo. Yo no ando carné, entonces yo solo me paraba y comenzaba a hablar con la gente, pero cuando ya me veían con un fotógrafo, ya se ponía un poco renuente la gente, ya nos han gritado “dejen de tomarnos fotos, no los queremos aquí, no queremos que saquen nuestros casos.

Ezequiel: Algunos policías, acuerpados por el régimen, van más allá y se sienten con la impunidad de obstaculizar y hasta agredir periodistas en temas que ni siquiera tienen relación con las violaciones a derechos humanos en el estado de excepción. La fotoperiodista Yessica Hompanera cuenta que se fue al centro de San Salvador para hacer fotografías del tráfico. Ni siquiera eran fotos sobre el régimen, pero los policías que estaban cerca se comportaron como si se tratara de una cobertura que tenía que ser censurada. Así que la retuvieron por varios minutos, revisaron su cámara e insinuaron que la llevarían detenida a una estación policial.

Yessica Hompanera: Yo siento que aparte de que ya estaba lo del régimen y bueno, al final se logró todo controlar porque me amenazaron con con borrarme en la tarjeta con quitarme el equipo y también este con llevarme remitida, eso fue algo que asusta realmente porque uno uno no sabe qué esperar o no sabe qué hacer vea y otro porque porque pues sí, yo yo al menos en ese aspecto cuando tuve el incidente con la policía yo pensé que igual me iba a pasar que iba a pasar un montón de tiempo, pero gracias al accionar de mis compañeros y mis compañeras, pues no, no pasó nada. 

Ezequiel: Afortunadamente, cuando sus compañeros de El Diario de Hoy se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo con Yessica Hompanera, llegaron lo más rápido posible al lugar. Con la presencia de todos ellos, grabando y haciendo fotos del procedimiento, los policías se calmaron y la dejaron ir. 

Aunque no pasó a más en esa ocasión, Yessica Hompanera es de la opinión de que hacer periodismo en El Salvador va a ser peor en los años que vienen. Este año es preelectoral y el próximo serán las elecciones, en las que Bukele ya dijo que tiene la intención de reelegirse. 

AUDIO DE BUKELE ANUNCIA SU INTENCIÓN DE CORRER COMO CANDIDATO EN 2024

Ezequiel: Si todo ocurre como indican las encuestas, Bukele ganará las elecciones holgadamente y permanecerá en el poder, a pesar de que eso es ilegal y está prohibido en al menos seis artículos de la Constitución de la República. Eso significa, entre otras cosas, que el estilo autoritario de este gobierno tendrá otro quinquenio para continuar con la persecución de periodistas.

Yessica Hompanera: La gente es de los ministerios se cierra a los periódicos que no sean de de de ellos mismos va del gobierno entonces, eh? Considero que va a estar un poco más difícil en cuanto a eso acceso a lugares, por ejemplo, eso lo vivimos en en la pandemia donde no podíamos entrar, por ejemplo, ni acercarnos a las clínicas por eso mismo entonces prácticamente siento que va a estar un poco más difícil en ese aspecto y ya no digamos la incertidumbre que muchos tenemos al respecto de de de que pueden hacer cualquier cuestión bajo la legalidad hacia cualquier medio cuanto cualquier periodista y atacarlo ahí así poco a poco mermando lo del a todo el mundo que está haciendo un buen periodismo.

Ezequiel: Claudia tiene el temor que tras la reelección, la administración Bukele continúe presionando tanto hasta que haya periodistas encarcelados y más medios sean cerrados.

Claudia: Después de que él se reelija siento que si vamos a correr peligro, no sé si sería que nuestra vida corra peligro, pero sí quizás seríamos más intimidado también encarcelados, creo yo siento que así como pasó en Guatemala, es posible que pueda pasar acá, pueden cerrar medios es posible también mirando descarto todo lo malo que pueda venir, no descarto nada intimidación hace periodistas medio cerrados ataques a nosotros también.

Ezequiel: Jessica Orellana coincide en que luego de la reelección, todo será más difícil para los periodistas.

Jessica Orellana: Pienso que sí, cada vez es más difícil hacer periodismo. Creo que estamos haciendo una gran lucha por continuar haciendo periodismo, que creo que a la luz de cómo se ve el panorama, se va a venir un ataque a periodistas más difícil de lo que ya estamos viviendo.

Ezequiel: Todas estas condiciones hostiles para ejercer el periodismo, el impacto del régimen de excepción en las familias inocentes, el riesgo de los reporteros que cubren estos casos, la persecución de la que hemos hablado en este podcast y la genuina preocupación de los periodistas sobre su futuro en un país en el que no está garantizada la libertad de prensa ni su libertad individual… deja una enorme carga emocional. Jessica Orellana dice que lidia con todo esto a través de la terapia y ayuda profesional.

Jessica Orellana: La gente piensa que a uno no le afecta este tipo de cosas no la gente cree que uno es de hierro uno anda sobre las historias, pero realmente creo que cuando vos entendés que que con tu trabajo le da voz a alguien que probablemente no, no tiene acceso alzar, su voz de esta forma y creo que que logré lograr entender que cada historia tiene un propósito, no de de de llegar a quien tenga que que ser escuchada.

Ezequiel: Cada periodista es distinto, cada quien lidia con sus emociones de forma diferente. Claudia, por su parte, siente alivio al publicar. Es como si publicar fuera su terapia y manera de liberar su carga.

Claudia: No hay manera. Quizás contándolo es la manera en que puedo, o sea, publicando sus casos es la manera en que siento un poco de alivio pues, porque ellas, muchas quieren denunciar miren esto que está haciendo no es justo, eh? No es posible que esté pasando esto necesito que denuncie. Entonces creo que es la manera en parte de poder manejar lo que percibo de ellas publicándolas en las noticias, pues y hablando con ellas.

Ezequiel: Yessica Hompanera ha encontrado que la mejor forma para lidiar con todo lo que significa ejercer el periodismo en este contexto es contar con una red de apoyo. 

Yessica Hompanera: Es un poco difícil porque bueno, realmente no, no hago nada por eso, o sea lo más que puede hacer es contarle, por ejemplo a mi pareja a mi familia mis compañeros de lo que pasa así como uno se siente al al tener ese cargo de emociones, pero a lo mejor quizás este escribiendo o alguna cosa así o yendo a terapia, pero por lo por lo menos a mí lo que me pasa es que me sale mejor contar las cosas, o sea, contárselo a alguien, me siento así me impresionó tal cosa y cosas así más o menos o por ejemplo, digo divagar la mente haciendo otro tipo de fotos a lo mejor o refugiarse en la familia, aunque a la familia a veces no es recomendable mucho contarle las cosas que uno vive porque no sabe hasta qué punto ellos lo puedan tolerar.

Ezequiel: Al escuchar a estas periodistas hablar en este podcast sobre los ataques que han recibido, los riesgos de ejercer en este contexto de régimen, sobre cómo gestionan su estrés y el difícil futuro que se avecina, cualquiera les aconseja que dejen el periodismo y se busquen algún trabajo con menos riesgos. A esto hay que sumarle que dedicarse al periodismo es una especie de condena a vivir con lo necesario, sin mucho dinero y sin lujos. Pero Jessica Orellana, Claudia Espinoza y Yessica Hompanera están convencidas de que el periodismo es un servicio necesario para la sociedad y que a pesar de que las condiciones son tan hostiles y que no hay riqueza en esto, es necesario seguir ejerciendo porque en el fondo están seguras de que el periodismo es capaz de incidir en la situación del país. O al menos le complica las cosas a los corruptos.

Claudia: Siento yo que por lo menos un logro de mi parte es ver las historias publicadas de la gente que ve que son víctimas de violaciones a derechos humanos, porque mucha gente no son conscientes que tienen derechos y que están siendo violentados. Siento que el periodismo está logrando mucho, acordáte que todo es un registro. Al final todos los gobiernos cambian, ninguno es eterno, y va a haber un registro de todo lo que pasó.

Yessica Hompanera: Yo creo que sí se puede hacer muchas cosas del periodismo puede transformar cosas vea solo hay que saberlas hacer y y hacer que sucedan pues porque a veces uno le falta motivación o quiere hacer otros temas, pero también hay, hay compañeros que han hecho cambios incluso hasta llegar a como a la destitución de de una persona, verdad? Entonces que que retumba y que sean temas bien, chivos, bien, importantes.

Jessica Orellana: La gente quería lo que habíamos publicado porque les sirve para buscar asilo.

Ezequiel: A pesar de todo lo que cuesta e implica ejercer este oficio, hay periodismo en El Salvador hoy y lo habrá mañana. Al final, la historia lo ha demostrado: los regímenes siempre tienen fecha de caducidad, pero el periodismo sobrevive a todo. 

Esto fue Detrás de las cámaras, un podcast producido por GatoEncerrado.news.