Por Eugenia Velázquez

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) calificó como “deficientes” y con “defectos insubsanables” las peticiones de los partidos de oposición para que declarara nulas las elecciones del 4 de febrero y el escrutinio final. En el caso de la petición que presentaron, en conjunto, los partidos de derecha Arena, Vamos y Nuestro Tiempo para declarar nulas las elecciones, los magistrados dijeron que era “improcedente” bajo el argumento de que todas las anomalías documentadas no cambian los resultados definitivos. En cuanto al recurso de nulidad del partido de izquierda, FMLN, para que el escrutinio fuera declarado nulo, el ente electoral advirtió que no procedía porque fue presentado antes de que el acta de resultados definitivos fuera divulgada oficialmente.

En ambas peticiones de nulidad, los partidos de oposición describieron una serie de anomalías que observaron antes, durante y después de las elecciones, especialmente en las mesas del escrutinio final. Esas irregularidades, según los partidos de derecha, constituyeron un “fraude planificado y estructural que invalidó la voluntad popular, la cual fue impedida, desviada, ocultada y adulterada”. Sin embargo, todas las irregularidades denunciadas fueron rechazadas por el Tribunal bajo excusa de que no cambiaron los resultados. Los magistrados también rechazaron la petición de recusarse por “adelantar criterio” de sus decisiones ante los medios de comunicación, antes de resolver los recursos de nulidad.

Los partidos de oposición indicaron que las irregularidades que desembocaron en el “fraude” comenzaron cuando el partido oficialista, Nuevas Ideas, utilizó el poder legislativo para decapitar a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) e imponer como magistrados de la Sala de lo Constitucional a abogados que están alineados a los intereses del gobierno. Estos abogados son los que, en sus primeros meses de trabajo, reintepretaron la Constitución y la contradijeron para habilitar la reelección de Nayib Bukele.

El partido oficialista también instrumentalizó el poder legislativo para hacer reformas electorales y cambiar las reglas del juego a su favor. Una de esas fue cuando eliminaron el plazo legal mínimo para hacer reformas electorales, de modo que pudieran seguir haciendo reformas electorales a su favor, a menos de un año de las elecciones. Así consiguieron cambiar el mapa político de El Salvador, reduciendo los 262 municipios a 44, y redujeron la cantidad de diputados de 84 a 60. Modificaron la fórmula de conteo de votos para asignar escaños en la Asamblea, a favor de Nuevas Ideas, y agregaron el voto en el exterior a los candidatos a diputados de San Salvador.

Antes de las elecciones del 4 de febrero, los candidatos del oficialismo, incluido el presidente Bukele, utilizaron recursos del Estado para sus campañas electorales adelantadas. Los partidos de oposición señalaron que estas ilegalidades se hicieron en las narices del Tribunal sin consecuencias. Asimismo, el gobierno incumplió con su obligación de pagar la deuda política de los partidos políticos y ahogó financieramente las campañas electorales de sus opositores. 

Entre las irregularidades también fue señalado que no hubo un padrón electoral para el voto en el exterior, donde los vigilantes del partido Nuevas Ideas indujeron al voto; fallas en el sistema de transmisión de resultados el mismo día de las elecciones, que duplicaron y triplicaron los votos a favor del partido Nuevas Ideas; así como la suplantación del 80 % de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) por miembros del partido Nuevas Ideas.

Los partidos opositores también detallaron que en el escrutinio final para el conteo de los votos que definieron a los diputados de la Asamblea Legislativa, que duró ocho días en el Gimnasio Nacional Adolfo Pineda, se pudo observar que se rompió la cadena de custodia de paquetes y papeletas electorales, ausencia de actas originales en poder del TSE, actas electorales en dominio o control exclusivo del partido Nuevas Ideas, actas del TSE sin sello y sin firmas, aparición imprevista e injustificada de actas previamente declaradas como no disponibles, actas con inconsistencia entre número de electores según padrón electoral y número de votos, actas con inconsistencias entre papeletas entregadas y escrutadas.

El FMLN señaló que en las mesas del escrutinio final se detectaron irregularidades como la utilización de plumones, en vez de crayolas, en papeletas que no tenían ningún doblez ni evidencia de que fueron utilizadas por algún elector. Esas papeletas dejan la duda de si se manipularon los paquetes electorales y los resultados a favor del partido oficialista. También denunciaron que en las mesas hubo desorden y parecía que el control se le había escapado de las manos al Tribunal y se lo había tomado el partido Nuevas Ideas. 

Reacciones

Ante la decisión de rechazar los recursos de nulidad, firmados por la magistrada presidenta del Tribunal, Dora Esmeralda Martínez, y los magistrados Guillermo Wellman, Noel Orellana y Rubén Meléndez, excepto el magistrado Julio Olivo quien se abstuvo; los dirigentes y representantes de los partidos de derecha dijeron que eso confirma su “sometimiento al oficialismo”. 

“Hoy sí se destapó el verdadero chanchullo, se sigue viendo el sometimiento del Tribunal y la complicidad del Tribunal con el oficialismo”, explicó el presidente de Arena, Carlos Saade a GatoEncerrado.

El presidente del partido Nuestro Tiempo, Andy Failer, expuso que los magistrados “básicamente ignoran el fraude estructural que vició la elección”.