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Gobierno solo gastó el 31 % del millón del bicentenario e hizo compras distintas a las prometidas

Esta es la historia del millón de dólares que fue aprobado por la Asamblea Legislativa para financiar la gran celebración del bicentenario de la Independencia de Centroamérica. Se justificó en una comisión y, un día después, se asignó a seis carteras de Estado. Durante tres meses, GatoEncerrado dio seguimiento al destino de esos fondos y encontró que el gobierno solo se gastó el 31 %, el resto tendría que haber quedado en el fondo general. Parte de las compras no eran las prometidas, como combustible para aviones.

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Por David Penado

El gobierno de Nayib Bukele planteó celebrar el bicentenario de la independencia centroamericana con pantallas LED, sesiones de diálogo con invitados de la región, conciertos, sellos postales, banderas, stickers y videos conmemorativos. Todo eso por un millón de dólares. Así que solicitó reformas al presupuesto general 2021, bajo el argumento de que la recaudación fiscal dejó excedentes que podrían utilizarse para festejar y crear “un escenario de reflexión sobre los avances de la democracia, libertad y desarrollo de la sociedad salvadoreña”. Su Asamblea Legislativa, siempre sumisa y sin mayor debate, aprobó las reformas de un día para otro. GatoEncerrado dio seguimiento al uso de ese millón de dólares y encontró que el gobierno no gastó casi el 70 % de ese dinero —o al menos esa es la versión oficial— y que entre lo que sí gastó hay compras o inversiones que no estaban contempladas, como el suministro de 4,250 galones de combustible para avión, publicidad y la financiación de un concurso cultural que ya había iniciado antes de la aprobación del millón.

Seguirle la pista al millón y a cualquier dinero público debería ser algo sencillo, gracias al derecho que los salvadoreños tienen de acceder a la información de cómo se utilizan los recursos públicos. Pero, en la práctica cuesta cada vez más acceder a esa información. A GatoEncerrado le tomó tres meses obtener datos que ayudan a dibujar el destino del millón. Hubo, en ese tiempo, trabas burocráticas absurdas, como paralizar el proceso porque la firma del periodista que solicitó la información no coincidía con la firma en el Documento Único de Identidad (DUI). 

Con la información obtenida, esta revista puede reconstruir la historia del millón de dólares del bicentenario, que ilustra cómo desaparecen del ojo público algunos fondos. Como diría el autor Miguel de Cervantes: Aunque quisiéramos que esta historia fuese diferente, y que los fondos se ejecuten como se plantearon, “no hemos podido contravenir el orden de la naturaleza”, y en El Salvador no siempre las cosas ocurren como deberían cuando hablamos de dinero público.

Sobre el destino final de los recursos de los salvadoreños que no se gastaron, el economista José Luis Magaña dijo a esta revista que si los fondos no tienen un plazo temporal en específico para gastarse: “(El plazo) que aplica es el del ejercicio fiscal, que va de enero a diciembre”. Si no se gastan, lo correcto sería aplicar ese remanente al presupuesto del año siguiente.

“Si no hay un decreto legislativo o ejecutivo que haya redistribuido ese remanente en otros lados, pues pasa al presupuesto 2022, y ahí sí ya le perdemos rastro, porque entra al fondo general para ser redistribuido ahí”, agregó Magaña.

El nacimiento de un millón

La historia de este millón de dólares inicia el 22 de septiembre de 2020, cuando apareció publicado en el Diario Oficial No. 190, Tomo No. 428, el acuerdo ejecutivo No. 338, que delegaba al vicepresidente de la República, Félix Ulloa hijo, con carácter ad honorem, para la coordinación de todas las actividades correspondientes a la conmemoración del Bicentenario de la Independencia de Centroamérica, que tendría lugar en 2021.



Este acuerdo también facultaba al vicepresidente para nombrar un Comité Especial que lo asistiera en la organización de la conmemoración, también con carácter ad honorem, que debería contar con el presupuesto correspondiente, así como con la aportación voluntaria que brindaran las universidades privadas, las academias, la Alcaldía Municipal de San Salvador y la empresa privada, todas ellas representadas en el Comité. Sobre la participación de las universidades y empresas no hay información disponible. De hecho, durante 11 meses no hubo información sobre la actividad de ese comité. Al final, quienes participaron en el comité fueron los seis ministerios que aparecen con la asignación de fondos para la celebración del bicentenario.

Fue con la información generada por el comité, sobre los gastos que consideraban necesarios para el bicentenario, que el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, solicitó a la Asamblea Legislativa las reformas presupuestarias. En su escrito, argumentó que “en algunas fuentes específicas de ingresos, (se) refleja excedentes con relación a las estimaciones programadas al mes de mayo de 2021, hasta por el monto”. 

En la Asamblea, fue la comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto la que se encargó de dar trámite a la solicitud de reformas. El 16 de agosto de 2021, en esa comisión dominada por diputados del partido oficialista Nuevas Ideas, recibieron a la subdirectora general de presupuesto del Ministerio de Hacienda, Laura Michelle Arce de Aguilar. En escasos ocho minutos, la subdirectora detalló para qué serían utilizados los fondos del millón de dólares.

En su presentación proyectada a la comisión, la subdirectora de presupuesto también explicó específicamente los montos que deberían ser asignados a cada ministerio.

Al desglosar el detalle, la subdirectora indicó que la Vicepresidencia de la República usaría el monto para organizar una actividad denominada “diálogos de bicentenario”, en los que se tocarían temas de interés nacional. Arce mencionó que estos diálogos tendrían un aproximado de 150 invitados, que vendrían al país provenientes de diferentes representaciones de Centroamérica.

El Ministerio de Relaciones Exteriores emplearía los fondos para financiar un proyecto de relanzamiento para la Biblioteca Gustavo Guerrero, que se especializa en materiales literarios y de archivo especializadas en materia de Relaciones Exteriores. Para corroborar si ocurrió el relanzamiento, GatoEncerrado visitó la biblioteca en noviembre de 2021 (es decir, dos meses después de la celebración del bicentenario), que se ubica en el edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores. En el lugar, empleados de esa institución dijeron que en ese momento se estaba trabajando en el relanzamiento y no se permitió el ingreso al salón en que se estaban organizando los materiales. Hasta el cierre de esta no había evidencia pública del relanzamiento.

El Ministerio de la Defensa Nacional utilizaría los fondos para adquirir instrumentos musicales y utilizarlos en los conciertos del bicentenario. También estaba planeado adquirir uniformes de guardia de honor y organizar una travesía naval —un viaje marítimo conmemorativo— del bicentenario.

Por su parte, el Ministerio de Gobernación invertiría en la emisión de un millón de sellos postales conmemorativos del bicentenario. También colocaría una torre de reloj con cuatro pantallas LED, en la Plaza Cívica Gerardo Barrios del centro de San Salvador, que mostraría la cuenta regresiva hasta la fecha conmemorativa del bicentenario. Además, crearía videos conmemorativos. La torre nunca fue colocada.

El Ministerio de Educación publicaría investigaciones relacionadas al bicentenario. Organizaría conversatorios y dotaría de bandas musicales a 14 centros escolares. Al final, el ministerio dijo no haber gastado sus fondos y por lo tanto los 14 centros escolares, que no fueron especificados cuáles eran, tampoco recibieron los instrumentos para crear sus bandas musicales.

Finalmente, el Ministerio de Cultura destinaría el monto a organizar un concierto del Bicentenario, que tendría la participación de elencos nacionales. También se harían exposiciones, se lanzaría el concurso nacional de composición y tendrían ciclos de conferencias alusivas a la fecha.Cuando terminó de explicar, la subdirectora preguntó a la comisión: “¿No sé si tienen alguna inquietud en cuanto a esto?”. Christian Guevara, presidente de la comisión y jefe de fracción de Nuevas Ideas, hizo la misma pregunta a sus compañeros. El único en pedir la palabra fue Donato Vaquerano, de Arena, para solicitar que le hicieran llegar personalmente la información que la subdirectora había presentado. Guevara pidió que se la hicieran llegar a todos los miembros de la comisión.

Luego, William Soriano, diputado de Nuevas Ideas, leyó la propuesta de dictamen y, como si de un simple trámite se tratara, la comisión emitió dictamen favorable por votación de la mayoría, sin mayor discusión ni debate legislativo. El documento de Dictamen Favorable No. 76 fue firmado por todos los miembros de la comisión, a excepción de Donato Vaquerano.

Al día siguiente, en la plenaria 16 de la actual Asamblea Legislativa, el dictamen fue aprobado casi de inmediato. Y así fue como de un día para otro la Asamblea parió las reformas para hacer posible el millón de dólares del bicentenario.

La diputada del FMLN, Anabel Belloso, señaló en esa misma plenaria que la aprobación de las reformas para el millón era un derroche de recursos del Estado. Para contrarrestar la crítica e imponer la narrativa oficial, el diputado Jorge Castro justificó las reformas utilizando cifras falsas de otros países de América Latina que también celebraron el bicentenario. La diputada y primera vicepresidenta de la Asamblea, Suecy Callejas, agregó que el millón serviría para “recordar de dónde venimos” y añadió: “No seamos miserables con nuestra historia, no nos lo merecemos”.

La fiesta del bicentenario que no fue

El 15 de septiembre de 2021 fue un día muy particular en El Salvador. Durante la mañana, una marcha multitudinaria ocurrió en San Salvador, en la que participaron habitantes de distintos municipios y personas de diferentes sectores de la población. Las protestas contrastaron con la tradición de ver al presidente y el despliegue militar para conmemorar la independencia patria. 

En vez de salir en público, rodeado de militares, para celebrar el bicentenario, el presidente Nayib Bukele prefirió transmitir en cadena nacional un acto cívico privado, desde la Casa Presidencial. En esa cadena, usó los primeros minutos de su discurso para desestimar las manifestaciones de la mañana y adjudicó que la marcha en contra de su gobierno fue financiada por grupos extranjeros.

Para ese momento, todavía no había información sobre las obras y actividades prometidas en la comisión legislativa, como la torre con pantallas LED, que no fue colocada en la plaza Gerardo Barrios.

En lugar de la torre con el conteo regresivo, la plaza Gerardo Barrios albergó ese 15 de septiembre la concentración de personas con la que culminó la multitudinaria marcha de la mañana.

Entonces… ¿Cómo se gastó el millón?

Luego de tres meses de seguimiento a solicitudes de información, GatoEncerrado puede dibujar un panorama de cómo fue gastado el millón de dólares, o al menos la versión oficial de lo que se gastó y lo que no.

Presidencia de la República

Según la resolución de acceso a la información pública, con código UAIP 146-2021, de los $67,200.00, la Presidencia de la República gastó, entre otras cosas, en la grabación y remasterización del Himno Nacional de El Salvador, por un valor de $10 mil.

Los fondos de la Presidencia, que según lo expuesto ante la comisión legislativa de Hacienda, serían destinados para organizar los “diálogos del Bicentenario”, fueron redirigidos en su mayoría —$41.2 mil, 61 % de esta partida—, a financiar una campaña publicitaria. $10 mil fueron usados para grabar y masterizar el himno nacional, pero no hay evidencia pública de si esta grabación fue la utilizada en el evento que se transmitió en cadena nacional, el día del bicentenario. Con el resto del dinero, se adquirieron 20 mil banderas.

Las contrataciones y adquisiciones hechas por los ministerios son información oficiosa según la Ley de Acceso a la Información Pública; es decir, deberían estar disponibles para ser revisadas y consultadas por cualquier ciudadano en los portales oficiales de las carteras de Estado. Pero, al cierre de esta nota, los documentos que respaldan estos gastos no estaban colgados en el portal de transparencia.

Ministerio de Relaciones Exteriores

Según la solicitud de acceso a la información, con código SAI-094-2021, al 10 de octubre de 2021, el Ministerio de Relaciones Exteriores había gastado $21,426.50 del total de $57,600 que le asignaron.

En una segunda solicitud de información, en la que se pedía que se aclarara la cifra única brindada, el ministerio reportó que los gastos incluían productos textiles, servicios de alimentación e impresiones.

En la resolución de la oficina de información no fueron incluidos más detalles de qué eran exactamente los productos textiles, vestuarios, alimentación, impresiones, publicaciones o servicios generales y arrendamientos.

Según lo expuesto en la Comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto, estos fondos serían destinados al proyecto de relanzamiento de la Biblioteca “Gustavo Guerrero”. Con base en los datos, dado que ya fueron invertidos $21.4 mil, quedarían $36,173.50 para este proyecto. En otras palabras, utilizaron el dinero para cosas que no habían sido anunciadas ni propuestas.

Luego de una búsqueda en el portal de transparencia del Ministerio de Relaciones Exteriores, GatoEncerrado encontró una contratación por un monto que coincide con el que se calificó como “Impresiones y publicaciones” en la resolución de la oficina de acceso a la información, por $3,425.00. Se trata de una compra realizada el 10 de septiembre de 2021, por 500 bolsas de shopping del bicentenario de medidas 17x25x8 c.m.; otras 500 bolsas de shopping de medidas diferentes, 10,000 stickers de bicentenario en vinil a color de 9 centímetros, 10,000 stickers serigrafiados en vinil transparente y 1,000 tarjetas del bicentenario con impresión en ambos lados. Por la escueta información pública entregada no ha sido posible confirmar si, en efecto, a este gasto se refiere el reportado en la resolución de la oficina de acceso a la información pública.

Ministerio de la Defensa Nacional

En la resolución de acceso a la información pública, con código No. 135/09NOV21, entregada el 22 de noviembre de 2021, el Ministerio de la Defensa Nacional hace constar que gastó en combustible para una avioneta que no fue planteada.

Estos gastos no pueden ser consultados en el sitio de transparencia del Ministerio de Defensa. Tampoco es posible confirmar que las adquisiciones mencionadas en la resolución correspondan con la vestimenta o equipo instrumental usado durante el evento que fue transmitido por cadena nacional, el día del bicentenario.

La exposición itinerante a la que se refiere el documento fue coordinada entre el Ministerio de Cultura y el Centro de Historia Militar de la Fuerza Armada de El Salvador. Fue inaugurada el 3 de diciembre de 2021, en el Museo Regional de Occidente, en Santa Ana.

 

Ministerio de Gobernación y Desarrollo Territorial

Según consta en la resolución de acceso a la información pública, con código MIGOBDT-2021-0123, entre los gastos realizados por el Ministerio de Gobernación están banderas, chumpas y gorras.

En la comisión legislativa, los proyectos de Gobernación incluían una torre de reloj con cuatro pantallas LED, en la Plaza Cívica Gerardo Barrios. Según lo expuesto, las pantallas pasarían un conteo regresivo hasta la fecha del bicentenario. A la fecha, no hay indicios de la colocación de una torre en la plaza.

Tampoco se refleja en los datos de la resolución ninguna inversión en emisión de un millón de sellos postales, que fueron planteados en la comisión.

El 20 % del fondo asignado a esta cartera —$34.6 mil— fue invertido en la adquisición de banderas, chumpas, gorras, rótulos y un paquete de publicación en medios de comunicación escritos y digitales.

Ministerio de Educación

Según consta en la resolución de acceso a la información pública, con código de referencia MINEDUCYT-2021-0631, a la fecha del 3 de noviembre de 2021, Educación no gastó los fondos asignados.

Ministerio de Cultura

En la resolución de acceso a la información pública, con código de referencia UAIP-98/2021, a la fecha del 22 de noviembre de 2021, el Ministerio de Cultura había realizado una sola compra, el 16 de septiembre de 2021, por $30,476.10.

Según el contrato que puede consultarse como información oficiosa en el portal de transparencia del ministerio, este dinero fue invertido en la elaboración e instalación de tres rótulos, “en letras y bandera encajonadas y recortadas al detalle en lámina con cara acrílica y cincho de jewelite, artes en vinil de corte o impreso, iluminación led interna”. El arte para los rótulos que se detalla en el documento es: BICENTENARIO (con bandera sobrepuesta).

En el documento de la contratación, la justificación establece: “Estos rótulos son necesarios para impulsar los valores cívicos, morales, culturales y patrióticos, para generar mayor convivencia ciudadana, en este año que se cumple el Bicentenario de Independencia Centroamericana”. Según consta en el documento, fueron instalados en Plaza Gerardo Barrios en San Salvador, frente al teatro de Santa Ana y frente al Teatro Nacional Francisco Gavidia de San Miguel.

Los proyectos que fueron planteados en la comisión legislativa incluían un concierto, que sí fue realizado el 29 de septiembre de 2021, pero los gastos del evento no fueron detallados en la resolución de información como parte del dinero invertido desde los fondos aprobados para el Bicentenario.

Otro proyecto que se expuso como parte de la justificación de estos fondos en la comisión legislativa fue el Concurso Nacional de Composición. Este concurso fue anunciado el 1 de julio de 2021 y sus ganadores se dieron a conocer el 17 de agosto de 2021. Es decir, los ganadores fueron publicados un día después de la sesión de la comisión en que se aprobó el dictamen y el mismo día en que se aprobó el presupuesto en la sesión plenaria número 16. La ceremonia en la que se reconoció a los ganadores tuvo lugar en el Teatro Nacional, el 29 de septiembre de 2021; sin embargo, los gastos de este evento tampoco fueron incluidos en la resolución de información, por lo que no puede concluirse que los fondos de la partida del bicentenario fueron utilizados para su realización.

La  subdirectora de presupuesto del Ministerio de Hacienda también mencionó en la comisión legislativa un ciclo de conferencias y exposiciones alusivas a la fecha. Pero estas no fueron incluidas en los gastos reportados en la resolución de información pública. Según los datos de la resolución, restan aún $232,323.90 del presupuesto asignado al Ministerio de Cultura.

Balance

Sumando todos estos gastos, es posible establecer que los seis ministerios solo ejecutaron $311,403.14 hasta noviembre de 2021, según consta en las resoluciones de acceso a la información. Lo restante y de lo que la versión oficial dice que no se ha ejecutado es $688,596.86; es decir, casi el 70 %.

Fuera de ese gasto reportado en las oficinas de acceso, no hay más evidencia. O al menos no hay más evidencia que sea pública. El sitio web “Comprasal”, que se encarga de registrar las compras del Estado con fondos públicos, tampoco tiene información detallada, excepto de 12 procesos relacionados a los gastos de la conmemoración del bicentenario. El estado de estos registros varía entre “gestión de la compra” y “adjudicado”; sin embargo, los montos para 11 de estas compras indican “$0.00”.

Para Carlos Palomo, de Tracoda (una organización que trabaja con temas de democracia, transparencia y libertad de expresión), la herramienta que la población tiene para buscar información sobre el dinero público es la debilitada Ley de Acceso a la Información Pública.

Según su experiencia en la búsqueda de información pública, Palomo comentó que las oficinas de acceso han tenido una disminución en su actividad, al punto de tener solicitudes que nunca fueron atendidas en algunas instituciones públicas.

“En general, a la ciudadanía, lo que nos queda es seguir exigiendo que se cumpla la Ley de Acceso a la Información. Obviamente, los funcionarios, sobre todo los comisionados del Instituto, deberían cumplir con su rol de tramitar diligentemente las apelaciones que les llegan y resolver conforme a derecho, y resolver con criterios que hagan valer; por ejemplo, el principio de máxima publicidad, que establece que todo es público salvo que se demuestre que no es así, o que encaje dentro de las categorías como información reservada o confidencial”, añadió Palomo.

Todos los ciudadanos, según Palomo, tenemos no solo el interés y el derecho legítimo de exigir que se respete el acceso a la información, sino también la obligación de procurar y presionar a las instituciones para que cumplan con esta ley. Las exigencias deben ser tanto a las instituciones que están obligadas a entregar la información, como al Instituto como ente garante.

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