El primer municipio en ponerse firme ante la amenaza minera fue San José Las Flores, luego San Isidro Labrador y ahora Nueva Trinidad que pronto contará con una ordenanza municipal que prohibirá toda actividad minera en su territorio. La minería, si se permitiera, podría contaminar el río Lempa que abastece de agua al 45% de la población salvadoreña.
Este 29 de marzo el pueblo de Nueva Trinidad, en el departamento de Chalatenango situado al norte de El Salvador, le dijo NO a toda actividad minera a través de una Consulta Popular amparada en el artículo 117 del código municipal, con lo que la alcaldía elaborará una ordenanza para declarar al municipio “libre de minería” y prohibir todo proyecto minero, uniéndose así a los municipios de San José Las Flores y San Isidro Labrador.
La Consulta arrojó que el 99.25% de la población votante está en desacuerdo con proyectos mineros en su territorio. En total, 809 personas son las que se acercaron entre las 8 de la mañana y 3 de la tarde a los siete centros de votación distribuidos en las siete comunidades del municipio, y de esas personas solamente 4 votaron por el SÍ y 2 votos nulos.
“Para nosotros es importante esta Consulta Popular para decir no a la minería, ya que somos un pueblo con gran conciencia social y sabemos los efectos de la exploración y explotación minera; porque tener proyectos mineros aquí significaría tener que ser reubicados en algún lugar donde perderíamos la seguridad que tenemos aquí, además de la contaminación”, manifestó Julio Rivera, líder comunitario de Nueva Trinidad.
La Consulta contó con la delegación de 24 observadores internacionales procedentes de Estados Unidos, Inglaterra, Guatemala, Honduras y Nicaragua; coordinados por Ciudades Hermanas que es una organización que acompaña -entre otras cosas- procesos democráticos para darle respaldo internacional. David Chavez, vocero de esta delegación, calificó la Consulta como “democrática y apegada a la ley”. Agregó que se van satisfechos de ver la participación de las mujeres y de la juventud que votaron con evidente conciencia sobre el tema.
Patricia Johnson, también vocera, explicó que esta Consulta la compromete a buscar la forma de evitar que empresas mineras de su país (Estados Unidos) sigan llegando a El Salvador, Honduras y Guatemala.
Por su parte el alcalde en funciones, Matías Ábrego, explicó que respetará la decisión del pueblo y trabajará en la ordenanza municipal junto al alcalde electo, Teófilo Córdova. Y por su lado Marcos Gálvez, presidente de la Mesa Frente a la Minería, acotó que le darán un seguimiento al proceso hasta que publiquen en el Diario Oficial la ordenanza.
A la Consulta asistió la Procuradora Adjunta para la defensa de los derechos ambientales, Yanira Cortéz, quien enfatizó que este mecanismo fortalece la democracia del país.
Procuradora @yaniracortezest felicita a Nueva Trinidad por decidir sobre su futuro en consulta popular por minería pic.twitter.com/lfpkXfb0tg
— PDDH El Salvador (@PDDHElSalvador) marzo 29, 2015
También asistió el Secretario de Participación Ciudadana, Marcos Rodríguez, para observar el proceso. “Estuve hablando con el Presidente (Salvador Sánchez Cerén) y entre otras cosas me comentó lo de la consulta, como un ejemplo de participación ciudadana, e independientemente de lo que resuelva el pueblo estas son acciones concretas, esto es la vía de reconocer que el pueblo es el mandatario y que aquí se va a hacer lo que el pueblo decida y no determinadas minorías de poder”, expresó Rodríguez.
Asimismo, acompañaron la Consulta representantes del Ministerio de Gobernación y Ordenamiento Territorial, el Gobernador político de Chalatenango, representantes de la Asamblea legislativa y los alcaldes de Las Vueltas, Arcatao y San José Las Flores.
Breve historia de Nueva Trinidad
En la época del conflicto armado en El Salvador, Nueva Trinidad fue zona de combate entre guerrilleros y militares. Esta situación obligó a sus pobladores a que abandonaran sus hogares y a buscar refugio en Honduras. Pero el ejército hondureño obligó a los refugiados a regresar al país y entonces se establecen en Las Aradas, un caserío que rozaba con el río Sumpul que hacía de frontera entre El Salvador y Honduras. Este caserío era formado por familias que venían huyendo de varios pueblos de Chalatenango por la misma razón. Es en ese lugar donde en mayo de 1980 el ejército salvadoreño masacró al menos seiscientas personas, incluidos niños niñas y mujeres embarazadas.
Memoria histórica – Las Aradas by Gato Encerrado Sv on Mixcloud
Escuche aquí el audio de Julio Rivera, sobreviviente de la masacre y ahora líder comunal de Nueva Trinidad (Advertencia: El audio fue grabado de manera improvisada).
En 1985 la alcaldía de Nueva Trinidad fue destruida, uniéndose a las casas que previamente habían sido reducidas a escombros por la guerra civil. Fue por ese mismo tiempo que los refugiados y sobrevivientes de la masacre comenzaron a retornar a Nueva Trinidad y a su regreso solo encontraron destrucción y desolación.
“Cuando regresamos no había piedra sobre piedra, pero se hizo realidad la profecía de nuestro profeta mártir, Monseñor Romero, cuando dijo que la gloria de Dios resplandecería sobre estas piedras; porque con la ayuda de cooperación internacional y mucha gente hemos logrado reconstruir el municipio”.
Fue para el 26 de marzo de 1990 que oficialmente se funda otra vez Nueva Trinidad y se reconstruye el municipio poco a poco. Ahora goza de seguridad, como en pocos lugares del país. Pero ante las exploraciones mineras que se han realizado en el municipio -y en realidad en toda la zona norte del país- los habitantes se pronunciaron a través de esta Consulta Popular y han comprometido a la alcaldía a elaborar la ordenanza municipal para que sea declarado este municipio “territorio libre de minería”.
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