Foto/Emerson Flores
Las computadoras y tablets prometidas aún no han llegado a la totalidad de estudiantes y el paquete de internet tampoco. Quienes han recibido el paquete aseguran que no alcanza y que no funciona para realizar las actividades que el ministerio pide en las guías de trabajo. Ante la falta de recursos y el gasto que implica la compra de paquetes de internet, algunos padres han decidido enviar a sus hijos a la escuela, pese al riesgo de contagio. Algunos estudiantes han desistido de continuar con sus estudios frente a los obstáculos de la “nueva normalidad”, pero las estadísticas no reflejarán la deserción escolar debido a la indicación del Ministerio de Educación de no sacar a los estudiantes del sistema, a pesar de que hayan abandonado las clases.
Angie Argueta, de 12 años, hojea las páginas de su cuaderno de ciencias, donde ha cortado y pegado las guías del Ministerio de Educación, con las que estudió en 2020 y sigue estudiando en 2021. Ese es su único método de estudio, pese a que el presidente Nayib Bukele anunció el inicio de la entrega de computadoras y tablets el pasado 22 de febrero. De hecho, eso también es lo que siguen haciendo sus compañeros que asisten al Complejo Educativo Cantón El Zapote, de Ahuachapán, en la zona costera del país.
En esa misma cadena nacional de radio y televisión, Bukele detalló que recibirán tablets los estudiantes de grados menores a cuarto y computadoras los que están en grados mayores a cuarto y bachillerato. “Todos (computadoras y tablets) se entregarán en meses, y todos van a tener conectividad y todos van a tener una currícula adaptada a eso y todos nuestros maestros están capacitados para eso”, dijo Bukele. Sin embargo, la realidad de algunos estudiantes, específicamente en el área rural, es otra.
GatoEncerrado habló con docentes y estudiantes de Ahuachapán, Morazán, Sonsonate, Cabañas, San Vicente y San Salvador; y constató que las computadoras no han llegado a todos. El paquete de internet tampoco ha sido entregado en un 100 % y quienes sí lo tienen aseguraron que no alcanza para realizar las actividades que el mismo Ministerio de Educación y Tecnología (MINEDUCYT) pide en las guías de trabajo. También dijeron que no es funcional porque no incluye el uso de WhatsApp, que es la aplicación que más utilizan estudiantes y docentes para enviar y recibir actividades escolares.
Angie, así como la mayoría de los estudiantes del Complejo Educativo Cantón El Zapote de San Francisco Menéndez, Ahuachapán, aún no ha recibido su computadora y la conexión a internet es irregular en la zona. Foto/Emerson Flores
En la escuela de Angie, donde están inscritos 200 estudiantes, solo han sido entregadas 11 computadoras que sirven para los que van a segundo año de bachillerato; Angie y los demás siguen esperando su turno.
Angie pasó este año a sexto grado y su maestra reconoció que es una de las más brillantes de la clase, a pesar de las dificultades que representó estudiar en medio de la cuarentena domiciliar obligatoria por la COVID-19. Uno de los obstáculos que enfrentó es que a veces no tenía saldo o el celular de su madre no funcionaba para comunicarse con la maestra y enviar sus tareas a través de WhatsApp. La realidad no ha cambiado este año, pero la ventaja es que la escuela abrió sus puertas y ahora puede entregar las guías en físico.
“Para la pandemia, yo las guía las mandaba por el teléfono. Y en este año, pues, siempre hago lo mismo hago, porque para mí el año pasado fue muy difícil, porque las guías las mandaban por foto. Para eso usaba el teléfono de mi mamá”, comentó Angie.
María Argueta, su madre, dijo que lo más difícil con la llegada de la pandemia fue comprar paquetes de internet de forma constante. Gastaba $2 semanales en planes de internet y eso afectó su economía. La situación económica, incluso, provocó atrasos en la entrega de las actividades escolares de Angie. A esta dificultad, María le suma el mal estado de su teléfono: “Mi teléfono se me apagaba y ella tenía que estar buscando y lo más que me duraba (el plan) eran tres días y me quedaba días sin internet, sin nada de información”, lamentó.
Angie es una de las estudiantes que al día de hoy tampoco ha recibido el paquete de internet prometido por el gobierno. Su madre asegura que estuvieron llamando al 2240-2000, número indicado por el ministerio para solicitar el paquete de internet, pero que la llamada nunca entró en las fechas que les indicaron que podían solicitarlo.
Los padres de familia tuvieron diferentes fechas para llamar por la activación de paquetes, desde el 25 de febrero hasta el 8 de marzo, divididas en cuatro zonas del país, según detalla el portal de información de la empresa telefónica TIGO. Actualmente, cuando se marca el número suena una operadora indicando que el número telefónico no está registrado, por lo que los padres de familia que no consiguieron el paquete en las fechas indicadas siguen esperando información para volver a intentarlo.
El problema con el paquete de internet no es solo para quienes no lo han recibido. Doris Robles tiene a sus dos hijas matriculadas en la misma escuela que Angie, pero solo recibió un paquete de internet. Una de sus hijas pasó a segundo grado y la otra es estudiante de parvularia. Al momento de reclamar su plan de datos le informaron que los alumnos de parvularia no aplicaban para recibirlo, aunque sus tareas requieren el uso de internet. Así que las hermanas Robles comparten un mismo paquete de 1.0 GB con vigencia de 30 días, según un mensaje de texto que Doris recibió en su teléfono, tras la activación del paquete. El portal de TIGO, según constató esta revista, confirma que los estudiantes de parvularia no aplican para recibir el beneficio.
Las hijas de Doris se limitan a seguir las guías de trabajo de forma tradicional porque tienen problemas de conexión. Foto/Emerson Flores
“El paquete dice que es para 30 días, pero en mi caso nunca me dura los 30 días, siempre son 15 días o 16, nunca me dura el mes. He preguntado a otras madres de familia y dicen que igual, que se les acaba antes de la fecha, pero quizá es por lo mismo de los videos que se miran. En la guía aparecen (direcciones de sitios web o enlaces) para que uno pueda visitar”, comentó Doris.
Al final de cada tema, en las indicaciones, se encuentran los enlaces para complementar la información y, en muchos casos, estos links redireccionan a videos. Incluso las guías de parvularia tienen enlaces que, en el caso ideal, los estudiantes deberían visitar para complementar la información.
Muestra de la guía donde aparecen los links para ver videos a través de internet.
En la guía de educación parvularia, que la hija menor de Doris utiliza, aparece un enlace que redirecciona a un video YouTube, como parte de las actividades de la semana 1 y fase 1 del tema “Convivimos y nos conocemos”. El video, que la hija de Doris no pudo ver, es una historia llamada “Estoy creciendo”, relatada por la cuentacuentos española Beatriz Montero.
El mensaje de texto sobre el plan de datos también es específico en decir que el paquete es para usar ciertas aplicaciones. El portal de la telefónica también enuncia que: “El Paquete Educativo sólo funciona para navegar en: Google Classroom, Google Drive, Google Docs o Wikipedia. La navegación en otros sitios la podés hacer comprando un Paquete de Navegación.”
Esta limitante es parte de los problemas que los docentes mencionaron a GatoEncerrado con frecuencia en este reportaje, ya que su principal canal de comunicación con los estudiantes es WhatsApp y las entregas de tareas y guías ha sido por ese medio desde 2020.
Augusto*, un profesor de un centro escolar de Sonsonate, aseguró que el plan de datos por sí solo no es funcional, porque nadie ahí ha recibido las computadoras y sin las computadoras no pueden usar Google Classroom.
De nosotros nadie ha recibido nada más que solo ese paquete de internet, que al final no sirve de nada porque no estamos trabajando con Classroom y eso solo viene para el Google Classroom. Entonces, si yo mando un video de YouTube de mi clase para verla en WhatsApp, no lo pueden ver porque ese paquete no incluye eso”.
Augusto, docente en Sonsonate
En la cadena nacional, el mismo presidente Bukele anunció que el plan de datos estaba estructurado para la plataforma de Google Classroom, sin tomar en cuenta que el plan por sí solo no significaba que los estudiantes pudieran acceder a la plataforma. “Ahora sí podemos decir: misión cumplida. Tenemos un nuevo sistema educativo a nivel nacional”, dijo el mandatario en esa ocasión.
En un centro escolar de San Ildefonso, San Vicente, la realidad de los estudiantes es todavía más complicada. La conexión a internet móvil es tan débil que a duras penas alcanza para enviar mensajes de WhatsApp.
Ana, una docente de San Ildefonso, explicó a GatoEncerrado que desde la llegada de la pandemia fue difícil continuar con las actividades escolares y mantener la comunicación con los estudiantes y padres de familia. La zona donde la escuela está ubicada es rural y algunos de los 60 estudiantes matriculados ni siquiera tienen teléfonos inteligentes, mucho menos computadoras e internet. “Yo no tengo teléfono ni de teclitas, señorita”, le llegó a decir uno de sus estudiantes el año pasado.
Para resolver la situación, al menos con los que sí tienen algún teléfono inteligente en su familia, la docente Ana optó por grabar videos para explicar ejercicios cortos de matemática y se los envió por WhatsApp.
Una niña me dijo: ‘profesora, no me carga el video que envió. Me tengo que subir a un palo de pepeto’. Y yo le respondí: ‘No, mamita, se puede caer. Se los voy hacer mas cortitos’. Entonces, estuvimos trabajando el año pasado, buscando las estrategias de cómo ayudar a los niños”
Ana, docente en San Ildefonso
La maestra Ana agregó que fue gracias al transporte que proporcionó el Ministerio de Educación que los docentes pudieron visitar a los estudiantes y llevarles las guía de trabajo impresa, ya que de forma virtual fue imposible garantizar el avance de las actividades.
Pedro Peñate, director de la Unidad de Producción Multimedia de la Universidad en Línea de la Universidad de El Salvador (UES), explicó que esa pésima conexión a internet y la falta de dispositivos inteligentes tiene relación con los índices de pobreza de cada zona.
“Las empresas miden cuántas personas en realidad van a facturar en un sector y dependiendo de la cantidad deciden postear o poner antenas. Si en un pueblo remoto solo hay cinco o siete estudiantes, porque las casas en los cantones son bien distantes, la empresa no va a invertir cierta cantidad de dinero por esas cinco personas que van tener un plan de datos de no más de 10 megas. Eso explica por qué no hay internet. Entonces, está difícil que el gobierno se meta con las compañías y exija cobertura (…) Es un tema que va para largo y plantear una solución así como medio populista es demasiado arriesgado”, dijo Peñate.
En el centro escolar de San Ildefonso, los 60 estudiantes inscritos ya están regresando a sus actividades, de forma semipresencial. Hasta el cierre de esta nota, ninguno había recibido su computadora ni su paquete de internet. Los estudiantes reciben sus clases en aulas integradas; es decir, un mismo maestro atiende en un mismo salón a estudiantes de distintos grados escolares.
Sobre este tipo de escuelas, Helga Cuéllar, directora del Departamento de Estudios Sociales de FUSADES, dijo a GatoEncerrado que lamenta la falta de claridad de cómo actuará el ministerio. “Lo más difícil de aprender son las desigualdades, porque hay que atender a los desiguales, de manera desigual; es decir, los que no tienen energía eléctrica, los que viven en condiciones de hogares pobres, zonas rurales. Puede ser la misma intervención para todos, pero para estos grupos en particular hay que modificarla de alguna manera, para que la puedan aprovechar y eso es lo que, al menos en el discurso que hemos escuchado, no se ve claro cómo va a ser”.
GatoEncerrado también habló con docentes y estudiantes de San Vicente y de institutos ubicados en San Salvador y confirmó que no todos los estudiantes y docentes tenían computadoras ni paquetes de internet. Algunos de los que sí recibieron las computadoras aún esperan su paquete de internet.
Tres de los docentes entrevistados por GatoEncerrado, de diferentes centros escolares del país, coincidieron en que las estadísticas oficiales de deserción escolar no están reflejando la realidad, ya que el Ministerio de Educación indicó que en medio de la pandemia ningún estudiante tiene que ser sacado del sistema, a pesar de que abandone las clases o tenga bajo rendimiento académico. Es decir, no solo está vetado reportar que hay estudiantes que abandonaron el año escolar, sino que los maestros no pueden aplazar a nadie. Las estadísticas para corroborarlo, sin embargo, no se encuentran disponibles en el portal de transparencia del Ministerio de Educación y fueron declaradas inexistentes por la Unidad de Acceso a la Información Pública del ministerio.
Esa unidad respondió a esta revista, el 8 de marzo, que “en el caso de los años 2019 y 2020, dado el cambio de la metodología de recolección de datos (migración al SIGES), a la fecha no se cuenta con información de la condición en la que finalizó el año escolar cada estudiante (aprobado o reprobado), razón por la cual tampoco se puede brindar información de matrícula final ni deserción en todas las modalidades de atención”.
El Sistema de Información para la Gestión Educativa (SIGES) es una plataforma que el ministerio comenzó a utilizar en mayo de 2020 y según su propia descripción se trata de “un sistema de información que recolecta datos de manera confiable y oportuna desde los centros educativos de todo el país. De esta forma se logra un mayor acercamiento entre el Ministerio de Educación, los responsables de familia y los ciudadanos. Este sistema mejora todos los procesos de administración educativa por medio de la integración de información en una sola base de datos, lo que permite realizar estudios estadísticos, gestión, administración, consultas y otras acciones”. Pero, cuando esta revista revisó, no todos los datos están disponibles.
En el caso del Complejo Educativo El Zapote, de Ahuachapán, que tiene inscritos a 200 estudiantes, un 10 % habría abandonado la escuela, según el registro interno de los docentes. Una de las maestras aseguró que esa es la proyección estadística que maneja con sus compañeros después de hacer un análisis de 2020. La situación continúa igual en 2021, pero no pueden reportarlo.
“Ellos (los estudiantes) siguieron (inscritos en el sistema) porque no se podía retirar a nadie. Por ejemplo, este niño no está presentando guía, lo vamos a retirar: no, en ningún momento. Solo se salieron. Indagamos con algunos padres. Fuimos y les dijimos: ‘mire, aquí están las guías’. Incluso, en la última visita domiciliaria había una oportunidad de que el niño trabajara con cuatro guías, según nos dijo la ministra para ser promovido. Y anduvimos ahí ofertando la oportunidad y algunos sí respondieron, algunos no”, dijo la maestra.
Sin importar que los estudiantes abandonaran la escuela, los profesores recibieron la indicación de promoverlos al siguiente nivel. Según la docente, esa indicación la recibieron alrededor del mes de junio de 2020. “Nosotros decíamos: ‘¿Qué hacemos? No, no se puede sacar a nadie de las estadísticas’. Porque cuando estamos en la fecha regular, a partir del mes de abril, en tiempos normales, si el niño ya no viene entonces se pregunta por qué no. Si dice que ya no quiere seguir, entonces sí ya se puede sacar”, explicó.
En Sonsonate, un docente agregó que desde el ministerio “dijeron que mantuviéramos a los estudiantes dentro del sistema como estamos ahorita todavía, que a pesar de que estamos semipresencial, algunos estudiantes no están respondiendo y no los hemos podido sacar porque nos han pedido que no lo hagamos. Al final, ni cumplieron el número de cantidad de guías que tenían que hacer por fases, como el Ministerio de Educación había dicho, y fueron promovidos. Entonces, yo creo que también eso para este año nos ha generado mucho problema, porque esos jóvenes que se ayudaron para ser promovidos con unas pocas guías no siguen cumpliendo. Porque como ya vieron que un año anterior le promovieron, entonces que este año también”.
Los docentes explicaron que algunos padres de familia han puesto a sus hijos a trabajar y han tomado ventaja de la situación de crisis por la pandemia para sacar a sus hijos de la escuela. En otros casos, los inscriben únicamente por la promesa de la computadora, sabiendo que no hay un control sobre el uso de la misma. “Algunas personas están matriculando niños solo por lo que van a recibir. Pero, entonces, ¿quién controla eso? Nadie. En bachillerato tenemos jóvenes beneficiados. Se las dieron como en febrero y ya no han hecho nada. Eso es uno de los problemas que yo le veo a esto”, explicó el docente.
A pesar de todo, los docentes aseguran que en 2021 la matrícula 2021 ha crecido, principalmente por la promesa de recibir computadoras. Sin embargo, ven con preocupación que la respuesta real de los estudiantes no es proporcional al número de matrículas, ya que siguen abandonando la escuela o solo permanecen sin trabajar las guías con la expectativa de que igual que el año pasado serán promovidos al siguiente grado escolar.
*GatoEncerrado respetó la petición de algunos de los maestros entrevistados que solicitaron no revelar su identidad. Estas entrevistas se realizaron previo a la noticia difundida hace algunos días de que algunos directores departamentales del Ministerio de Educación prohibieron a los maestros hablar con medios de comunicación sobre las diferentes problemáticas que están enfrentando.