El Corredor Seco centroamericano es una de las regiones del mundo que más sufre el impacto de la crisis climática. Es una porción de territorio que inicia en la precordillera de Chiapas, en México, y se extiende por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y finaliza en el Arco de Panamá. Este territorio se caracteriza por sequías prolongadas, incluso durante el invierno. La temperatura en este lugar es tan extrema que se vuelve mortal para aves de corral y el ganado, reduce las cosechas y afecta la calidad de vida de las personas que lo habitan.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) asegura que solo el 43 % de los municipios del país pertenecen a esta franja seca. En este lugar habitan, y se ven afectadas directamente, más de 1.8 millones de personas. Para ser más específicos: las mujeres son las más afectadas, ya que representan el 52.3 % de los habitantes de la zona. La realidad y el alcance es mucho más extenso de lo que dice el MARN, ya que la FAO asegura que todo el país está dentro del Corredor Seco, según su Estudio de Caracterización del Corredor Seco Centroamericano.
Este especial multimedia muestra qué significa vivir en el Corredor Seco, desde la experiencia de las mujeres cuidadoras de los municipios más afectadas del Corredor Seco: Intipucá, La Unión; y Santa Clara, San Vicente.
Los habitantes del Corredor Seco, en su mayoría mujeres cuidadoras, han implementado técnicas agroecológicas para construir soberanía alimentaria y proveer alimentos para su familia. Solo así han logrado sobrevivir en lugar que hace insostenible la vida.
Este especial es el resultado del taller de periodismo ambiental “Clima y Movimiento”, realizado por GatoEncerrado con el apoyo del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL).
Investigación: Gloria Olivares, Emerson Flores
Diseño gráfico: Leonel Pacas
Edición: Ezequiel Barrera